Me Enamoré

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En el Capítulo Anterior:

Salí y me senté en la mesita donde guardo mis maquillajes y allí vi una rosa con una carta. Claramente era de Joaquín. Leí todo y más comencé a llorar. El me ama y yo lo amo. No quiero perderlo.

Me acerqué a la cama y lo miré, pero ya estaba completamente dormido. Yo entré a la cama y el me daba la espalda. Lentamente me acerqué a él. Necesitaba de su calor y su protección. Lo abracé por la cintura y suavecito le susurré "Te Amo".
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Continuamos:

(Narra Joaquín)

Fue un golpe muy duro en mi corazón cuándo voy a besar su cuello y vi esa marca. Claramente que venía de pasarla rico y de coger con cualquiera. Mi corazón se paralizó y sentí un frío olímpico. Cómo se atrevió a acostarse con otro cuándo sabe que yo la amo. Me enojé tanto que casi le digo que es una cualquiera. Pero deben entender que ver esto no es fácil para mí. Esta vez estaba muy celoso y con razón. Ella trató de explicar lo que sea que quería decir. Yo no la dejé. Me fui a la cama y me hice el dormido. Era claro que no podía dormirme así con todo lo que siento.

Se que estaba llorando y me dolía a mi también, pero de imaginármela en otros brazos mi ser arde más que el mismo infierno. Escuché que se encerró en el baño y seguía llorando. Al rato salió y de seguro vio la rosa y la carta que le dejé pues la escuché nuevamente sollozar. Sentía unas ganas enormes de levantarme y exigirle que me explicara, pero mi orgullo pudo más.

La sentí cuándo se acercaba a la cama. Sentí su presencia por el lado mío. Luego se subió y la pude sentir más cerca por detrás mío. Si!, pegó su cuerpo completamente al mío y pasó su mano por mí cintura. Se acercó a mi oído y escuché esas palabras que tanto ansiaba yo escuchar "Te Amo". Volvió a sollozar. Pegó su cara a mí espalda y se acomodó ahí. Media hora después ya se había quedado profundamente dormida y luego le seguí yo. Estaba muy cansado. Un día nada fácil para mí.

Abrí los ojos y la habitación estaba completamente iluminada por el sol que entraba. Me fijé en la hora y eran justo las 10 de la mañana. Carajos me quedé profundamente dormido. Iba a levantarme y me di cuenta que Lucía seguía abrazada a mí. Tal cuál cómo se puso anoche. Cómo pude y sin moverla tanto me despegue de ella. La cubrí nuevamente con la sabana y me fui a dar un baño.

Al salir ella seguía dormida y no es para menos. La pasó tan bien que terminó agotada. Me enfureció pensar eso nuevamente. Llamé a recepción y pedí dos desayunos completos y un súper café cargado para Lucía y también pedí unos analgésicos porque de seguro la resaca la va a matar.

Al rato tocaron la puerta y era el desayuno. Yo me comí lo mío. Fui en busca de mí billetera y el abrigo. Tenía que ajustar unas cuantas cositas antes del show y de vez me quedaba allá en el teatro. Voy hacia la cama que es dónde está mi billetera y la vi sentada. Justo acabada de levantar. No le dije nada más ella se dió cuenta y me saludó.

__ Buenos días Joaquín —(miraba al piso y se agarraba la cabeza) —

__ Buenos días Lucía. Ahí está tu desayuno y unas pastillas para ese dolor. Nos vemos luego. —(dije seco) —

__ No... No nos vamos juntos. —(me miró con esa mirada triste y perdida. Me dolió igual o mas que a ella) —

__ No Lucía. Tú puedes llegar sola igual sabes dónde es. Solo no te retrases tanto porque sabes que tienes que estar allí dos horas antes de que comience el show. Ahora con tú permiso se me hace tarde. Ah y desayuna así recompones las fuerzas que perdiste anoche.

Si Ella Supiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora