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La camioneta dio un fuerte frenón que incluso hizo chillar los neumáticos contra el suelo. Finn y yo salimos corriendo mientras Eric gritaba detrás nuestro que no tardaramos en tomar nuestras cosas, mientras tanto él se encargaba de guardar su camioneta y básicamente esconderse.
Me separe de Finn solamente para entrar a mi casa y tomar la maleta que previamente había hecho. Mis manos tiemblan y están húmedas, me cuesta trabajo abrir la puerta pero al final lo logro. No tengo idea de si mis padres están aquí y de igual manera no me importa. La casa se siente vacía y silenciosa, incluso fría.
Subo corriendo a mi habitación, en el último escalón mi pie derecho se resbala y caigo pero lo único que consigo es un golpe cerca de la rodilla donde más tarde aparecerá un moretón. Me reincorporo y continuó hasta llegar a mi habitación, aquí lamentablemente todo es más rápido y sale tal y como lo tenía planeado: jale la maleta que había dejado bajo mi cama junto con el dinero que había apartado. La abro rápidamente para tomar el montón de sobres con cartas y sostenerlo fuertemente con la mano que tengo desocupada. Y ya lista, decidida a salir y consciente de que esta es la última vez que veré y estaré dentro de mi habitación optó por salir de ella y bajar nuevamente para salir por completo de esta casa, salir por completo de esta vida, salir de la vida de mis padres y de todos aquellos que tuvieron alguna relación o amistad conmigo y que con él paso de los años dejaré de ser un recuerdo a simplemente ser nada y nadie, pues se olvidarán que mi e incluso puede que me den por muerta.

Dejo todas las cartas —a excepción de la de Finn— sobre la mesa de centro que está en la sala y luego de esto salgo de mi casa y está vez será para siempre, pues aunque quiera volver no es una buena idea.

Me dirijo a la casa de Finn, toco la puerta varias veces con fuerza y Eric quien me abre.

—No entres —me ordenó—, ya está bajando.

Tal y como dijo, desde la puerta logré escuchar sus pasos apresurados bajar por las escaleras, Finn traía al igual que yo una maleta un poco más pequeña, salió y de inmediato sostuvo mi mano con fuerza.

—Lamento que esto tenga que terminar así pero es la única manera de salvarnos —expresó Eric con mucho arrepentimiento, y puedo decir que también tristeza—. Les recomiendo salir de la ciudad hoy mismo y si les es posible salgan del país en menos de una semana, ahora mismo ya los están buscando, sean discretos, no llamen la atención y traten de mantenerse vivos, ¿Entendido?

Finn y yo asentimos rápido y al mismo tiempo.
—Adiós papá —se despidió Finn—, te amo a pesar de todo —escuchar su voz quebrada casi me hace llorar junto a él, tal vez no se haya dado cuenta pero una lagrima caía por su rostro.

Ojalá pudiéramos decir que este no era un adiós, si no un "hasta pronto" pero lamentablemente no es así, no puede ser así.

Eric cerró la puerta, si no hubiese sido por eso tal vez nos habríamos quedado más tiempo de pie frente a él sin decir nada, pero teníamos que apresurarnos, huir cobardemente de un crimen —uno de tantos que hemos cometido—, huir del destino, de nuestro futuro.

Mientras más corríamos más atemorizada y nerviosa me sentía. Podíamos escuchar a lo lejos patrullas, puede que sean las mismas que uno escucha en un día normal pero en este momento pareciera que todas las sirenas de las patrullas están encendidas y se dedican a buscarnos, siento que todas están detrás mío.

—Nos están buscando, saben que estamos huyendo —habla Finn con la respiración acelerada, apenas pude entender lo que dijo.

—¿Por qué lo dices? —respondí.

—Una patrulla nos venía siguiendo cuando estábamos de camino para acá, no sé cómo fue que mi padre logró perderlos pero era obvio que iban detrás nuestro.

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora