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Entre a casa con toda tranquilidad pero había algo raro y tardé poco en darme cuenta que era: abrí la puerta sin necesidad de utilizar mis llaves y, la luz de la cocina estaba encendida. Probablemente sea mi mamá
Me acerque con calma y tal como lo dije, era ella preparándose una ensalada de atún.

—Llegaste temprano —dije acercándome a ella.

—Si, te envié un mensaje pero supongo que no lo leíste —dijo seria– ¿En dónde estabas?

—Afuera —respondí rápidamente.
No quería que empezará a preguntarme sobre él, sería muy incomodo.

Y ni siquiera debería estarme haciendo estas preguntas, es obvio que estaba espiandome antes de que llegara, pero como les encanta a las madres hacer más grande la situación.

–¿Con quién? Creo que estabas hablando con un chico —tomó su plato y llevó su ensalada a la mesa.

—Ah si –respondí sin más—. Estoy muy cansada má, hablemos mañana, ¿si?

Ella soltó una pequeña risa.
—Claro.

Subí a mi habitación. Mi ventana y cortina estaban abiertas al igual que la de la habitación de Finn. Me quedé de pie frente a las ventanas un rato esperando que alguien apareciera, pero en ningún momento se apareció. Probablemente estaría abajo o simplemente no quería mirar su ventana. Entonces decidí que ya era momento de cerrarla.
Con calma cerre la ventana y luego mi cortina. Luego de esto me puse mi pijama y todavía me quedé despierta un rato más, no tenía sueño.

Luego de acostarme en mi cama recibí un mensaje. Mi celular estaba sobre mi mesita de noche conectada al cable del cargador. Desconecté este para poder revisar las notificaciones que había recibido. El mensaje era de Finn.

¿No tenías hora de dormir?
9:05 pm

De nuevo eche un rápido vistazo a la ventana. También tenía las luces encendidas.

Nunca la he tenido.
9:06 pm

Puse música en mi celular a volumen medio. A veces me relaja y algunas veces empeora mis noches y me hace dormir hasta las tres de la mañana, o peor, no me hace dormir.

Cerré los ojos para relajarme un poco, mientras en mi celular sonaba A Question of Lust de Depeche Mode. Mi celular volvió a sonar.

Quiero verte. Abre la ventana.
9:10 pm

Le hice caso, tal vez eso haría que me dieran ganas de dormir, o no sé, pero debía distraerme con algo.
Me levante de la cama, abrí la cortina y posteriormente mi ventana y me recargue en el marco de esta. A los pocos segundos apareció Finn, la música seguía sonando.

Sonrió al verme.
—Te ves muy linda en pijama —dijo coqueto.

El seguía usando la misma ropa.
—Diría lo mismo, pero aún no traes tu pijama —respondí a su comentario.

—Oh —hizo un puchero—. Tranquila —sonrió ligeramente— podemos resolver eso ahora mismo.

Esperaba a que se hiciera a un lado, lejos de mi vista, se cambiaría y regresará. Pero ni fue así.
Comenzó a quitarse la camisa frente a mi, la lanzó a algún lado de su habitación, me sonroje y de inmediato baje la mirada. No quería verlo con el torso desnudo.

—¡No! —alce la voz riendo— No frente a mi.

Ahora él estaba riendo junto conmigo.
—Tranquila, estoy seguro que algún día podrás verme así como si fuera lo más normal del mundo —reí bajito y asentí— y espero sea lo mismo contigo —esto último lo dijo en un tono más bajo y con esa voz grave que me hacía temblar.

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora