BLOOD | Finn Wolfhard×You

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Narrador:

Sábado, 7:50 pm

Fueron pocos los minutos que los padres de ___ tardaron en volver a casa, ambos con esperanzas de encontrar a su hija, pues llevaban todo el día buscándola, el peor miedo para un padre o una madre: perder a su único hijo o hija.

Y era más la culpa que sentía la pareja, ¿Qué más podrían sentir y pensar al ver que su hija desapareció luego de la cantidad de problemas y discusiones que han estado teniendo en los últimos meses? "Probablemente huyó por culpa nuestra", "Todo es culpa nuestra, tal vez fuimos demasiado duros con ella"... Pero lo cierto es que nada de eso era su culpa, por más que lo vieran así, las cosas no sucedieron por esa razón.

Despertaron un poco más tarde de lo que suelen hacerlo en un Domingo, de hecho tenían planeado en que sería un fin de semana distinto, se supondría que las cosas estarían bien luego de ese día, y así será, pero no como ellos lo tenían planeado. Al final muchas veces las cosas no resultan como uno las tenía planeadas.

Entraron a casa completamente cansados, decepcionados y angustiados. Los Gubler eran una familia de buen dinero aunque no les gustaba admitirlo y mucho menos presumirlo, siempre han sido personas muy humildes y trabajadoras, y claro que ese dinerito extra y buenas influencias deberían de servir en algo tarde o temprano, tenían la oportunidad de contratar más oficiales y patrullas para que la búsqueda de su hija fuese más rápida y eficaz, tenían casi a todo el departamento de la policía trabajando en el caso de su hija, y si fuese por ellos traerían al Pentágono para que la investigación fuese aún mejor. Pero ni siquiera notaron el sobre de papel que estaba sobre la mesa junto a la puerta donde suelen dejar sus llaves al entrar a casa, sus mentes estaban en su hija, en estos momentos el resto del mundo no importaba, nada era más importante que el saber en donde se encontraba ___.

—¿Qué se supone que haremos si ella no aparece? —preguntó en un suspiro la señora Gubler, mientras se sentaba en el sofá. 

La madre de ___ siempre suele verse bien, es una mujer quien siempre le gusta estar presentable para cualquier ocasión, no importaba si se tratará de ir a hacer sus compras al supermercado, ella siempre lucía bien, guapa y con cierto toque de elegancia y modernidad. Pero este día era la excepción, nada podía reparar su aspecto, ni siquiera el maquillaje más costoso podría quitarle ese rostro triste y devastado. Ni las joyas más caras y brillosas podrían encenderle el rostro y pintarle una enorme sonrisa falsa.

—Tiene que aparecer —respondió el padre de ___—...Va a aparecer, no sé como lo haremos pero ella debe de aparecer, vamos a encontrar a ___.

Al igual que cualquier padre responsable de su familia, el señor Gubler es ese tipo de padre que siempre trata de mostrarse fuerte ante cualquier situación, sea familiar, laboral o de otro tipo.  No se permitía mostrarse débil ante su familia, y por mucho que le éste costando no desmoronarse en mil pedazos por tan sólo saber que su pequeña niña había desaparecido, no podía echarse a llorar junto a su esposa. Pero tenía miedo, no sólo de no encontrar a ___, si no también de perder su familia entera, la familia que le había costado años por construir. Sabía que cuando este tipo de situaciones pasaban en familias pequeñas como la de él era muy común que los matrimonios terminarán en un triste divorcio, pues no suelen soportar el culparse uno al otro por la desaparición de su hijo o hija. Eso era lo que temía, perder todo lo que más amaba.

—Todo es nuestra culpa, es mi culpa —dijo en un suspiro la mujer—... Tal vez fui muy mala con ella, exagere las cosas, dije cosas que no debía, ella huyó porque ya no soporta estar cerca de mí —las lágrimas de la mujer volvían a salir de sus ojos con si fuesen cascadas, y la respiración le costaba controlarla.