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-¿Por qué nadie me había dicho que ___ se peleó con Sink? -preguntó Charlie- Me sorprende de ambas.

Casi todo el camino de regresó estaba cinsistiendo en hablar sobre Finn y yo. Preguntaban en donde habíamos estado, que tanto hicimos, entre otras cosas. Sophia seguía sin hablarme y sin dirigirme la mirada.

-Sí, Sadie es una chica muy linda -le apoyo Maya-, seguramente estaba pasada de copas.

No respondí nada, no podía dar una opinión de alguien que no conozco y que además la única vez de haber tenido contacto con ella fue en una fiesta.

El regreso fue más rápido. A los primeros que dejaron en casa fue a Jaeden y Wyatt, luego Sophia y aquí aproveche para intentar hablar con ella. De hecho no había hablado con nadie, ni siquiera con Jaeden.

Sophia estaba terminando de bajar sus cosas de la cajuela y cerró esta con poca fuerza.
-¿Qué sucede contigo? -le pregunté intentando no sonar enfadada.
No respondió. Del bolsillo de su pantalón sacó sus llaves y comenzó a dirigirse a la puerta de su casa. Yo la seguí insistiendo a que me respondiera- Sophia, ¡Háblame! ¿Qué te pasa?

Suspiró e hizo una mueca.
-___ en este momento no tengo intenciones de hablar contigo -contestó dándome la espalda y abriendo la puerta de su casa-. Te sugiero que vuelvas junto a tu novio con todos los montones de dinero que ganaron en la fiesta.

Su respuesta me dejó helada, boquiabierta y seguramente con los ojos bien abiertos. Sophia entró a su casa y cerró la puerta en mi cara.

Di la vuelta y regrese a la camioneta aun sin creer lo que me acababa de decir mi mejor amiga. Estaba en muy grandes problemas, puede que lo que Finn me había dicho que sucedió no era todo, tal vez ni siquiera la mitad.

Regrese a mi asiento junto a Finn, en unos dos minutos ya estaríamos en casa y por eso mismo no me importó ponerme el cinturón y acomodarme.
-¿Estás bien? -susurró Finn al darse cuenta de mi aspecto. ¿Qué tan mal me veré?

Negué.
-Tenemos que hablar muy seriamente -fue lo único que respondí.

Al estar frente a mi casa, bajamos de la camioneta, tomamos nuestras cosas y nos despedimos de todos. Agradecimos a sus padres por invitarnos y entramos a mi casa. Aún no había nadie pero de igual manera avise a mis padres cuando llegué a casa.

Subimos a mi habitación, estaba tal y como la había dejado el día de ayer. Avente mi mochila a un lado de mi cama, Finn dejó la suya encima de una silla.

Cerré la puerta y me recargue en ella mirando el piso, no quería ver a Finn mientra sle hable sobre esto, ya que era muy grave y seguramente fue gracias a mi.

-Sophia ya lo sabe -cruce mis brazos, temiendo de su respuesta y reacción- y antes de que digas o preguntes... No, yo no le dije nada.

No respondió. Levante ligeramente la vista para verlo, parecía estar en shock, no había reacción o algún gesto en su rostro. Dio una vuelta y se sentó en la orilla de mi cama, agachó su cabeza y pasó sus manos por su pelo, dio un suspiro.

-Finn -le llamé y con calma me fui acercando a él-, por favor di algo.

Él negó. Levantó la cabeza y me lleve la sorpresa de que habían lágrimas en sus ojos, pero no eran lágrimas de tristeza, eran de enojo y frustración. Ansiedad, si, eso era. Su pierna derecha la movía rápido de arriba a abajo y sus manos temblaban.

De inmediato me senté a su lado y comencé a acariciar su pierna y tome su mano para intentar calmarlo, pero si respuesta fue alejar su mano de forma brusca, aunque no me dolió tanto ese gesto pues entendía que se portara así por lo que recién de comenté.

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora