Prólogo

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Estábamos corriendo lo más veloz que nuestro cuerpo nos lo permitía, está vez nuestra vida dependía de ello.
No podíamos estar más tiempo en este país, o de lo contrario en menos de doce horas estaríamos detrás de las rejas, nos separarían y solamente Dios sabrá que más harán con nosotros.

Estábamos tomados de la mano, no nos soltaríamos y así correríamos un país entero con tal de no separarnos.
Porque ahora éramos lo único que teníamos además de los millones de dinero que traíamos en la maleta, dinero que nos pudo haber costado la vida, dinero que en estos momentos desearía haber obtenido de distinta manera. Pero lo sabía, siempre supe a que me enfrentaba cuando le insistí en dejarme trabajar con él, sabía lo que implicaría y que sería algo de vida o muerte.
Pero no creí nada de eso hasta ahora.

Lo miré rápidamente, tenía la mirada fija en nuestro camino sin rumbo, estábamos corriendo por calles desconocidas de mi ciudad, y quien sabe en que colonia o zona tan peligrosa estemos, seguiríamos corriendo. Le sudaba la frente, y el cabello lo traía más alborotado de lo normal.

A veces me preguntó si relacionarme con él haya sido la decisión correcta, la peor o mejor decisión que he hecho en mi vida.

La policía nos perseguía, quien sabe en donde estarían, pues ya no escúchabamos la sirena de las patrullas.

—¿A donde iremos? —le pregunté con la respiración sumamente agitada, empezaba a tener ese típico dolor que uno sufre cuando tu respiración no era la correcta al hacer algún ejercicio.

—A un lugar lo más lejano de esta ciudad, luego lejos de este país —respondió igualmente, agitado—, pero no nos conviene ir al aeropuerto, tendremos que ir a la central de autobuses.

—¿Estás seguro de esto? —pregunté mientras bajaba la velocidad de mis pasos, haciendo que él también se detuviera.

Nos miramos fijamente a los ojos, y posteriormente besó mis labios desesperado y con pasión.

—Siempre y cuando te quedes conmigo —respondió tomado mi mano.

Después de esto, empezamos a correr nuevamente con la esperanza de que todo saldrá bien las siguientes doce horas.

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora