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Estábamos sentados en la banqueta como él solía hacerlo. Finn tenía un cigarrillo entre los dedos como de costumbre y en aquel momento solamente nos dedicabamos a ver el sol ocultarse, el cielo rojizo hacían un contraste perfecto con él, se reflejaba en su rostro los colores.

La presencia del cigarro era algo que cada vez dejaba de prestarle menos atención, nunca fue algo que me molestará, y ahora mucho menos. Comienzo a acostumbrarme a él, a su actitud y sus repentinos cambios de humor.
En un momento es el chico más dulce y en menos de un minuto puede ser la persona más distante, fría y cortante.
Me estaba gustando pasar tiempo con él.

—¿No estás aburrida? —preguntó después de un buen rato de estar en silencio.

Yo negué y cruce mis brazos.
—No, no estoy aburrida.

Mi respuesta le sorprendió.
—¡Wow! —pegó la colilla del cigarro en la banqueta para apagarlo y dejarlo caer al suelo— La mayoría de la gente se aburre de estar conmgio. Sobre todo las chicas —volteo a verme— quieren que la acción pase lo más pronto posible.

Reí por lo que había dicho. Siempre me ha dicho eso, que las chicas únicamente han estado con él por su propio beneficio y conveniencia, no porque en realidad quisieran tener algo serio con Finn. Y supongo que sus motivos son buenos: drogas gratis, accesos exclusivos a fiestas y eventos exclusivos totalmente gratis, conocer a gente igual de exclusiva, y sobre todo: tener relaciones con Finn tantas veces ellas quisieran.

Y sinceramente no entendía el porqué quiere estar conmigo. Ha estado con chicas mucho mejores que yo y más experimentadas en cualquier ámbito, chicas como el o al menos de su tipo.
Chicas que no les importa absolutamente nada, y no tienen algo por lo cual preocuparse.

—¿Por qué quieres estar conmigo? —pregunté así nada más. Ni siquiera tenía planeado hacer la pregunta, simplemente salió.

Nunca dejó de mirarme, y cuando hice la pregunta solamente frunció el ceño.
—¿Qué?

Suspiré.
—Has estado con mejores, y hay mejores que quisieran estar conmigo. Chicas que son como tu, que no les importa nada más que ellas mismas y pasarla bien —él me escuchaba y tenía toda su atención en mi—. Yo soy todo lo contrario a ellas. Ahora yo te pregunto ¿No te aburre estar conmigo?

De inmediato negó. Se acercó más a mí.
—___, estoy contigo porque no quiero volver a estar con alguien como todas ellas, como todo eso que tal vez te gustaría ser —bajó la mirada— es aburrido y siempre buscan lo mismo. Son unas interesadas, y tu no eres eso. Creo que tu en verdad me quieres.

—¿Tú en verdad me quieres a mí?

Él asintió.
—Claro —sonreí después de haber oído su respuesta. Yo no dije nada— ¿Qué hay de ti?

Sacudí mi cabeza y recordé que él me había hecho la misma pregunta que yo, asentí repetidas veces pero evité chocar miradas con él, sentía nervios. Me sentía rara, tenía mucho tiempo sin estar en una situación como esta, tiempo sin estar con alguien.

—Si, es decir —suspiré—. Me gusta estar contigo— Esta vez si lo miré, chocamos miradas en un momento rápido.

Regresó su mirada hacia el frente y me dio una sonrisa no muy convincente, no porque fuer forzada. Era una sonrisa muy ligera, incluso era una media sonrisa como si no estuviese totalmente de acuerdo o convencido  con mi respuesta.

—Espero que sigas pensando y diciendo eso en unos dos meses  —sacó su cajetilla, la abrió y se encontró con la sorpresa de que solamente le quedaba un cigarro— Agh, mierda —se quejó pero de igual manera lo sacó y encendió—. Era mi última cajetilla, se supone que debería haber durado hasta la siguiente semana.

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora