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—Te voy a ser sincera, pero me es increíble que de repente esto haya pasado —hable mientras caminábamos por las calles, apenas íbamos saliendo del vecindario de Maya.

Finn sacó del bolsillo de su pantalón su encendedor y comenzó a juguetear con el prendiendo y apagando el fuego de este.
—¿Cómo sé que lo dices sentir es verdad? —dije mirando hacia el piso, pues no me atrevía a dirigirle la mirada en este momento.

Terminó de jugar con el encendedor y volvió a guardarlo en su bolsillo.
—Eres diferente al resto de las chicas que he conocido —respondía—, todas se me insinúan y lo único que quieren es tener sexo, o están por pura conveniencia —sonreí, o al menos eso traté—. Si en realidad quieres estar conmigo, debes estar dispuesta a todo, y aceptarme.

Metí mis manos en los bolsillo traseros de mis jeans.
—Por supuesto que sí.

Él negó rápidamente.
—No es tan fácil, no puedes responder a eso. Todavía no.

No respondí nada, por un lado tenía miedo por sea lo que fuera a decirme en algún futuro. No creía en Jack y en los chicos, pero esto me alarmabs un poco, tal vez debería tener mi distancia con él, pero ese supuesto peligro es lo que tanto me llama, y es algo que encuentro en él que me hace sentir viva.

[...]

Unos minutos más y no llegaba a tiempo. Apenas eran las diez cuarenta y yo ya me encontraba fuera de mi casa junto a Finn.

—Gracias por regresar junto a mi —dije algo tímida—, será mejor que entre.

Él únicamente me miró fijamente y sonrió.
—Descansa —dijo. Luego de esto entré a mi casa y subí a mi habitación.

De inmediato me puse la pijama y la ropa que había usado la coloque sobre la silla de mi escritorio, apague las luces y me fui a la cama.

Minutos después escuché llegar a mis padres. Mi madre subió y entró a mi habitación tratando de ser discreta, se sentó junto a mi con movimientos ligeros y acarició mi cabeza.
—Sé que estás despierta —susurró y abrí los ojos—, y también sé que te fuiste de fiesta sin nuestro permiso.

Mierda, mierda, mierda.

Frunci el ceño y la mire.
—¿Cómo...? —respondió mi pregunta antes de que terminará de hacerla.

—Hueles a cigarro, alcohol y la ropa que esta sobre tu silla no la sueles usar a menos que sea para una fiesta.

A veces me daba miedo mi mamá.
—Lo siento —susurre como respuesta—. Fui con Sophia, pero al regresar ella se quedó.

—¿Regresaste sola? —preguntó algo preocupada.

De inmediato negué.
—No, regresé con Finn —por cómo me miró, no sabía de quién le hablaba—. El vecino, el chico de la "familia misteriosa".

No respondió nada después de eso, quería evitar toda esta discusión a esta hora, ya era demasiado tarde como para ponerme a discutir con ella.
—Hablaremos mañana, descansa —dijo para luego levantarse y salir de mi habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

Cuando estaba a punto de decidirme dormir mi celular estaba recibiendo una llamada. Traté de tomarlo de mi mesa de noche con movimientos torpes ya que la luz estaba apagada. Cuando por fin lo tomé ni siquiera tuve la molestia de ver quien llamaba, sabía perfectamente quién sería.

—¿Qué sucede? —pregunté al responder.

—¿Qué qué sucede? ¡___! Sucede que alguien regresó a casa sin mi, dejándome completamente sola en la fiesta de Maya, ¡¿Qué carajos te sucede?! —gritaba Sophia y por las palabras y su forma de hablar supe que estaba completamente ebria—. Jack dice que te vio salir con Finn, ¿De verdad dejas a tu mejor amiga por un idiota?

BLOOD | Finn Wolfhard×YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora