BLOOD | Finn Wolfhard×You

18

Sábado 3:30

—¡No tengo nada que ponerme! —grite eufórica aventando y sacando toda la ropa de mi armario— ¡SOPHIA!

Siempre es lo mismo de siempre. De hecho tenía mucho de donde escoger pero la mayoría de mis prendas eran ropa que por alguna razón no me atrevía a usar, como el atuendo que lleve en aquella fiesta de hace poco —que volvió loco a Finn, por cierto— siempre termino usando lo más aburrido como mis sudaderas enormes, ropa que me quedara enorme que no mostrará ni figura y no era porque tuviese baja el autoestima, si no porque me sentía cómoda y no me gustaba llamar tanto la atención con mi cuerpo.

—¡___, siempre es lo mismo contigo! —respondió Sophia irritada— Tienes taanto de donde elegir —se inco en el suelo junto a la montaña de ropa que yo misma había creado, estaba casi a la altura de mi cama.

Empezó a mover las prendas buscando alguna sugerencia para mi. La mayoría de mis prendas eran negras o rojas, pero en su mayoría predominaba las negras pero eso no quería decir que no usará otro color, de hecho podía usar todos sin problema alguno, pero el negro era mi favorito.

—Perdóname porque la mayoría sea negro —le dije mientras me incaba para estar a la misma altura y posición que ella—. Dime, tu sabes más de citas y estas cosas de novios, tu sabes más que yo.

Ella rió y me miró con una sonrisa en el rostro.
—Sólo se tu misma, no actúes como alguien que no eres —tomó una blusa que recuerdo, era pegaba y me llegaba  apenas debajo del ombligo con un pequeño bordado de un angelito en medio bastante cerca de mi pecho con hilo rojo— pero no les muestres todo de ti —coloco la blusa encima de mi cama y volvió a buscar entre el bulto de ropa— habla de lo más básico, o simplemente responde lo que ellos te pregunten —tomó una falda que probablemente me llegaba un poco arriba de la rodilla, se cuadros rojos tipo escolar, pegaba y aun lado colgaban una cadena pequeña—. Ponte límites, pórtate bien —reí por su comentario

—Mira quién lo dice —bromee.

Ambas nos pusimos de pie y observamos las prendas que ella misma había colocado sobre la cama, se veía bastante bien. Yo hubiera pensado en usar algo más normal pero el chiste era mostrarme como soy, ¿por qué habría de usar mis prendas más elegantes? pero claro que usar una sudadera enorme con un pantalón casi de pijama no era buena opción.

—Tranquila, todo saldrá bien —me dio un abrazo que claro, correspondi—. Ahora te ayudaré a recoger este desorden y luego también te ayudaré a arreglarte.

—¿No es muy temprano aún?

Me obsesionaba mucho con lo horarios, y no quería hacer todo tan pronto y estar lista dos horas antes de la cita y tener que esperar sentada en mi habitación esperando a que llegue la hora, literalmente.

—___ mira tu cuarto —abrió sus brazos y dio una vuelta— ¡Hay ropa por todos lados! Sacaste casi todo tu armario. Definitivamente nos trae daremos unas dos horas en esto pero podría ser menos si dejáramos de hablar y, empezáramos a actuar.

5:45 pm

Estaba guardando la última prenda de todas. Hicimos un buen trabajo: mientras yo doblaba la ropa, Sophia se encargaba de guardar y acomodar en el armario y tenía razón, terminamos algo rápido, pudimos haber tardado más.

—Te lo dije —sacudió sus manos—. Bueno, ahora date una ducha, vístete y te ayudaré con el resto.

Solté una carcajada.
—Me bañe en la mañana, ¿lo recuerdas?