CAPÍTULO 38 Gaduados de mentirología y ciencias de las traiciones familiares

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Claire caminó hasta prenderse del brazo de Hyun Kim como garrapata al perro.

—Al fin estamos juntos, amor. —Recorrió el brazo del hombre con el roce de sus dedos.

Era obvio que quería dar todo un espectáculo ya que su amado había resurgido como por arte de magia del reino de los muertos.

«Nota mental: si vas a vomitar, asegúrate de hacerlo en su vestido o en su cara».

Al menos, la idea de liberar mi estómago revuelto sobre ella me trajo algo de felicidad.

—Llévense a los demás —ordenó Hyun—, dejen a los Smith, Rough, Loryn y su hijo.

Los guardias cumplieron sus órdenes sin vacilar.

—Hyun, por favor, no tienes que hacer esto —clamó Loryn.

No había sorpresa en su voz. Ella estaba al tanto de que mi padre estaba vivo.

Anton cerró los ojos con pesar.

Claire alzó las cejas, petulante y se desperezó del brazo de Nathan.

—Bebé, terminemos esto de una vez, ¿sí?

—Eres un mentiroso, Hyun, dijiste que habías terminado con esa cría. ¡Lo prometiste!

Damas y caballeros, señores orangutanes y hermanos Judas, les presento la más reciente película de la aclamada familia Luken: «siempre se puede caer más bajo». Dirigida, guionizada y protagonizada por la licenciada en mentirología y ciencias de las traiciones familiares, Loryn Lukenn. Un fuerte aplauso.

Fruncí los labios, el chisme estaba buenísimo.

—Ay, Loryn, no me vengas con sensibilísimos —espetó Claire—. Eres la perra que se acostó con el esposo de su hermana.

Nate ladeó una sonrisita, su intensa y verde mirada se posó en mí. A su lado, Tobyas nos observaba con una expresión expectante pegada al rostro. Se tomó un segundo para mirarme, luego miró a Nate y un suspiró casi doloroso escapó de sus labios.

—¡Eres un ser humano despreciable! —chilló Loryn—. ¡Te escondí, te protegí, te alimenté! Nunca te cuestioné tus motivos para fingir tu muerte. Eres un malagradecido.

—Y tú una perra sucia, Loryn.

—¡Cállate, Claire! —bramó Anton—. ¿Quién cojones te crees para tratar a mi madre así?

—Tu madrastra, niño imbécil. —Claire se volvió a mí—. Por cierto, Anton es hijo de Hyun.

Mi padre me agarró por el pelo.

Tobyas se tensó, apretó los puños con fuerza y bajó la cabeza.

—¡Déjala en paz! —vociferó Loryn—. Rough ha sufrido bastante por tu culpa.

—No me hagas reír, mujer. Tú la engañaste, la hiciste creer que estaba enferma, le diste antidepresivos para mantenerla sedada.

—Lo único que quería era protegerla, mantenerla en casa donde estaba a salvo de los asesinos que contrataste.

—Rough nunca estuvo a salvo en Marble Anne, estúpida, aquí estaba yo, vagando por los pasillos, asechándola mientras tú estabas muy ocupada intentando que me enamorara de ti otra vez. Nunca me gustaste, Loryn, lo único que quise siempre fue la fortuna Luken.

El ÁSPERO SUEÑO de ROUGH KIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora