CAPÍTULO 33 Las turbulencias dentro del tornado

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Al abrir los ojos lo primero que vi fue a Nate.

—¿Cuánto dormí esta vez? —pregunté en un hilo de voz.

El pelirrojo se volvió.

—Un poco —contestó con una media sonrisa en los labios, se acercó y tocó mi frente—. Ya bajó la fiebre. Arthur estuvo a punto de llevarte al hospital. ¿Cómo te sientes?

Me senté.

—Mal.

No me tomé la molestia de ocultar lo incómoda que me hacía sentir su presencia.

—¿Has estado tomando tu medicina? —inquirió y, sin darme tiempo a responder, agregó—: Nunca has visto tu enfermedad cómo algo serio. Puedes morirte cualquier día de estos, pero no te importa. No puedes vivir así. Rough, solo tienes una vida.

—Por eso. Solo tengo una, me aseguraré de vivirla sin miedo ni arrepentimientos. Y no estoy enferma, nunca lo estuve. —Se sintió bien decirlo—. Era una artimaña de Loryn.

Una auténtica sonrisa curvó sus labios.

—Esa es una muy buena noticia.

Retorcí mis dedos sobre mi regazo. Él fijó los ojos en la alfombra.

Hubo un incómodo silencio, roto por el repiquetear de mi corazón y su respiración pesada.

—Empire Luken contrató a mi padre para matarte —contó de pronto—. Esa misma semana él cayó preso, y… —tomó aire—, tuve que hacerme cargo de sus contratos. Mi apellido es Smith, no Stone, y entré a tu vida porque iba a asesinarte.

Reapareció la opresión en mi pecho.

Nate se volvió hacia la ventana, como si temiera mirarme a los ojos, y se puso de pie.

—La primera vez que te vi creí que sería un trabajo fácil. ¿Una chica solitaria a la que todos detestaban?, pan comido. Esa tarde en detención iba a hacerlo, pero hablé contigo y no pude. Por mucho esfuerzo que puse en sacarte de mi cabeza, eras lo único en lo que pensaba todo el puto día. Intenté romper el contrato, pero Empire Luken amenazó con entregarme a las autoridades. Fue entonces cuando te convencí de huir…

—Y nunca llegaste.

Él cerró los ojos con pesar y se llevó las manos a la cabeza.

—¿Qué podía ofrecerte yo? Alguien que tuvo que convertirse en asesino para sobrevivir. Lo que conociste de mí, no era en realidad yo, sino una versión lite y family friendly del ser putrefacto que soy. Rough, te enamoraste de una mentira, de alguien que no existía.

Se me hizo un nudo en la garganta.

—No, Nate. Me enamoré de un violinista metalero con un sentido del humor muy negro, que no toma café y que se tiñe el pelo de rojo porque odia ser rubio.

El chico me dio la espalda. Aún así, le fui imposible ocultar sus sollozos ahogados.

Por un breve minuto no fue capaz de hablar.

—Cuando Loryn contrató a Regan, creí que era para matarte. Regresé a impedírselo.

Una interrogante me surgió. Loryn había contratado tres hombres, pero solo le preocupaba Regan. ¿Por qué?

El ÁSPERO SUEÑO de ROUGH KIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora