—Deberías desnudarme.
—Siempre consigues que haga lo que quieres —gruñó metiendo la mano por debajo de mi vestido, me lo arrancó con rudeza y apartó las bragas—. Estás tan mojada.
Jadeé al contacto de sus fríos dedos con mi piel húmeda.
—Tobyas, no vayas a romp...
Antes de terminar la frase, la prenda estaba hecha jirones en sus manos.
—Animal —protesté, pero no sonó nada convincente. Lo había disfrutado y mi tono, más que enfado, denotaba éxtasis y deseo.
—Rough, sé ruda para mí, ¿quieres?
Hundí la mano en su pantalón y agarré la dura erección. No aparté mis ojos de él cuando me la llevé a la boca. El calor se instaló en mi vientre y subió a mis mejillas.
Sus jadeos ahogados eran tanplacenteros. Tracé círculos con mi lengua en la punta, lo succioné sin piedad ni pausas. Tobyas movió sus caderas, se acomodó en mi boca y me sujetó del pelo. Se retorció, se mordió los labios y gimió sin tapujos.
—Rough —bufó, con la respiración entrecortada y el cuerpo tenso—. Para, no podré aguantar más…—A pesar de sus palabras, no dejó de moverse y embestir mi boca—. Oh, Dios, no tengo condones —protestó.
A veces su ingenuidad me causaba ternura.
—Estamos en un hotel, Toby, aquí siempre hay condones.
Él me miró con incredulidad cuando saqué una cajita del cajón de la mesilla de noche.
—Ven —dijo con esa voz ronca que tantas emociones me producía, terminó de desvestirse y se sentó, con la espalda apoyada en el respaldo de la cama—, súbete…
Me le encaramé encima, me acomodé y esperé. Lo torturé hasta que él mismo me hizo descender. Se encajó en mí de una sola vez.
Llevé las manos a sus hombros, clavé mis cortas uñas en sus omóplatos; él me agarró por las nalgas, me hizo subir y bajar con cada embestida. Moví mis caderas, frenética. Tobyas sonrió cuando mis pequeños pechos rosaron sus labios y soltó mis nalgas para apoderarse de ellos mientras yo aceleraba mis movimientos.
—Duro —susurré en su oreja.
De pronto se detuvo, se levantó conmigo a horcajadas y caminó, sin salir de mí, hasta el tocador del dormitorio. Me sentó en el borde del mueble, abrió mis piernas y me acometió sin piedad. Apoyó su barbilla en mi hombro, yo envolví mis piernas en su cintura.
Pude escuchar el golpeteo de su cadera contra mi piel y el de la madera contra la pared.
—Es una linda vista. —Besó mi cuello—. Te ves hermosa siendo penetrada por mí.
—Quiero ver… —Le pedí en un hilo de voz endeble y aguda.
Tobyas salió de mí y me volteó. Quedé frente al espejo, desde donde podía ver su rostro perverso y admirar sus firmes embestidas. Él tenía razón, era una vista fenomenal.
Abrió mis piernas y se hundió en mí una vez más.
—¡Grita mi nombre! —demandó.
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El ÁSPERO SUEÑO de ROUGH KIM
Mystery / Thriller[Antes "ROUGH, DUERME SOBRE MÍ"] Marble Anne, la desvencijada mansión de la colina, está maldita. O, al menos, eso es lo que se comenta en la cuidad, pues la familia propietaria lleva generaciones muriendo allí. Rough Kim, una aspirante y fanática d...