CAPÍTULO 31 Huye de la torre aunque tu cabello no sea mágico

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—¿Qué estás diciendo?

Con un ademán, Loryn les indicó a los gemelos que abandonaran la habitación.

—Me escuchaste bien, Rough. Tu juguetito está despedido. —Enfocó a Tobyas—. Enviaré alguien a que lo escolte a usted y al señor Jones hasta la cuidad. Más les vale empezar a empacar, los quiero fuera de Marble Anne antes del anochecer.

—No puedes despedirlos —rebatí.

—Acabo de hacerlo. —Revolvió los papeles sobre su escritorio—. Lárguense. —Agitó la mano en un gesto despectivo—. Tengo cosas más importantes que atender.

Lancé una rápida mirada por encima del hombro. Tobyas cerró los puños, encolerizado. En su mandíbula apretada se movió un minúsculo músculo.

—No me voy a moverme de aquí —objeté.

—Rough, no voy a discutir contigo. Parece que tienes una debilidad enfermiza por los delincuentes y ya tuve suficiente con Nathaniel Stone. No voy a permitir que sigas arruinándote la vida con causas perdidas.

—¿Pero qué mierda dices? No me conoces, Loryn. No tienes la menor idea de lo que me gusta, lo que amo, odio o a que le temo. Ni siquiera sabías que era alérgica a los camarones hasta que casi muero en una de tus cenas. No eres una tía, eres una extraña con la que no tengo tema de conversación.

Loryn tomó aire con los labios apretados.

Era la primera vez que soltaba lo que tenía dentro y ¡dios! se había sentido genial.

—Todo lo que he hecho ha sido por tu bien.

—¿Mi bien? —Escupí una carcajada—. No me hagas reír. Loryn, solo quieres quitarlos del medio porque sin ellos todo será más fácil para ti. Apuesto a que esos espantapájaros idénticos me matarán apenas Tobyas y Joshua dejen la mansión.

Loryn abrió los ojos con reticencia y se llevó las manos al pecho.

—¿Es eso lo que ellos te han hecho creer? ¿Cómo puedes creer que quiero matarte?

—Detente, Loryn, el papel de víctima te queda fatal.

—Rough, no sabes lo que estás diciendo.

—Perra egoísta.

—¡No voy a tolerar tus faltas de respeto! —bramó, iracunda.

—Me da igual.

—¡Insolente! —Levantó la mano.

La bofetada nunca llegó pues Tobyas la aguantó por la muñeca. Mi tía intentó apartarlo, pero él la aferró y la hizo retroceder hasta que ella no tuvo otra opción que sentarse.

—No vas a ponerle un dedo encima —aseguró.

—Pero ¿quién rayos te crees que eres?

—Tobyas Regan, señora —contestó él—. He sido contratado para garantizar la seguridad privada de Rough Kim y haré mi trabajo quiera usted o no quiera. —La soltó.

Loryn quedó boquiabierta, resollando con las manos sobre su pecho y una expresión de horror dibujada en el rostro.

—Es más —continuó—. Rough estará a mi cuidado hasta la lectura del testamento.

Tobyas me miró de soslayo, se giró y me ofreció su mano.

—Desvergonzado —bramó Loryn—. Empire Luken liquidó los contratos. Por tu bienestar y el de Jones, abandonen la mansión antes de que salgan mal parados de esta situación.

Tobyas sonrió, como si la amenaza de mi tía fuera una pluma rosándole la nariz.

—Larguémonos de aquí, Rough —me dijo.

El ÁSPERO SUEÑO de ROUGH KIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora