El canal de noticias transmitía un reportaje sobre la explosión frente a la comisaría. Apagué el televisor, terminé de ponerme el uniforme del club Costa Verde y me recogí el pelo.
Al abrir la puerta me encontré con Tobyas.
—¿A dónde ibas?
—Dirás «¿a dónde voy?».
Él me cortó el paso.
—Intentaron matarte hoy, Rough, otra vez.
Oryan asomó la cabeza.
—El pelinegro tiene razón —añadió.
—Hemos venido a hacerte compañía —agregó Anton, saliendo de la nada.
—No me voy a quedar aquí —sentencié.
—Loryn te prohibió dejar la mansión. —La voz gélida de Joshua se oyó desde el pasillo.
Rodé los ojos.
—Es obvio que alguien me quiere muerta —expliqué—, también puede ser que esa persona esté en esta mansión. —Grabé en mi memoria sus expresiones; algunas de asombro, otras de confusión—. Mi vida peligra en Costa Verde tanto como aquí.
—Estamos preocupados, Rough —protestó el castaño.
Los ojos del pelinegro me buscaron.
—Por favor —articuló de forma inaudible con los labios.
Agarré a Oryan por el brazo, ella llevaba también el uniforme del club.
—Si tanto les preocupa, vengan con nosotras.
Y así fue cómo terminamos los cinco en el Porsche. Joshua iba al volante, Oryan de copiloto y Anton, Tobyas y yo en el asiento trasero.
—¿Qué pasa contigo? —Flexioné mis brazos para sacar a Tobyas de mi sitio—. Córrete.
—Después el guarro soy yo. —Ladeó una sonrisita pícara—. No puedo aquí, hay mucha gente. Si quieres me paso luego por tu habitación.
—Desmaya eso, campeón —contesté entre dientes.
Sentí su mano deslizarse por mi espalda y colarse en el dobladillo de mi falda. Joshua calvó sus inexpresivos ojos en nosotros a través del espejo retrovisor. Tobyas lo miró de vuelta, como si no estuviera pasando nada y no me estuviera tocando el trasero.
—Toby… —susurré en advertencia.
Él soltó un casi imperceptible bufido y sacó la mano.
Tecleó algo en su teléfono y al instante me llegó un mensaje suyo:
Toby: Voy a destrozar esas bragas de unicornios.
Sus provocaciones tenían el poder de hacerme olvidar mis problemas. Por un momento dejé de lado que horas antes pude haber muerto y que él era mi guardaespaldas.
Le respondí.
Rough: No me provoques, sabes cómo me pongo.
Toby: Subamos esta noche a la rueda de la fortuna.
Rough: ¿Estás insinuando lo que creo?
Escuché el ronco sonido de su risa.
Toby: no es una insinuación, bella, es una propuesta.
—Llegamos —anunció Joshua.
Los chicos ocuparon una mesa y nosotras nos pusimos manos a la obra.
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El ÁSPERO SUEÑO de ROUGH KIM
Mistero / Thriller[Antes "ROUGH, DUERME SOBRE MÍ"] Marble Anne, la desvencijada mansión de la colina, está maldita. O, al menos, eso es lo que se comenta en la cuidad, pues la familia propietaria lleva generaciones muriendo allí. Rough Kim, una aspirante y fanática d...