Capítulo 9 . "Destino"

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Narra Jessica

Me preguntaron si creía en el destino, yo respondí que sí, pero dentro del destino esta la casualidad. El destino puede quitar y que vengan personas a tú vida a su antojo. Destrozarte las ilusiones y los caminos como quiera.

Me pregunto si fue casualidad que Jacob pasara por ahí justo cuando quería saltar, si el destino quería que me salvará, y quitarme a Oliver porque sabía que en el fondo no era amor de verdad.
 
Habíamos llegado a mi apartamento, me había dado una ducha, y ahora estaba tumbada en la cama con gestiones de trabajo. Me había pedido vacaciones de días acumulados trabajando durante años. Ahora que tenía un motivó por lo que parar y descansar me merecía unos días libres aunque algunas cosas seguía mirando y ayudando a mis compañeros con opiniones. No debería pero la moda también me ayudaba a no pensar en esta jodida mierda.

El motivo era él, y no hablo de Oliver , hablo de Jacob, el destino me lo puso para que lo utilizara como salvavidas al dolor punzante del corazón que me ahogaba.
 
Jacob tuvo que salir por trabajo. Prometí que volvería después de acabar los asuntos que tenía pendientes.

En ese tiempo vi una película de crimen. Mis ojos se llenaban de lágrimas cuando veía como disparaban y esa bala iba directa a mi corazón para recordarme que estaba ahí, todavia su cuerpo tendido en el baño.

Me dolia porque me estaba olvidado de su cara y de mis sentimientos, ahora los tenía con un millonario que me había tirado una vez como mucho.
 
Jacob entro dándome un susto, tenía la camisa desabrochada y agarraba su chaqueta en forma de jarra mientras apollaba su lateral del cuerpo en el marcó de la puerta.

De verdad no sabía como entraba, tenía que ser mago o algo.

Era atractivamente sexy. Pero el susto me estaba acelerando el corazón o era que él me ponía así de alterada. De todos modos por el susto le reproche.
 
—Me has asustado —digo con una leve sonrisa.

—Perdona, pequeña, solo venía a decirte que ya estoy libre y dispuesto a quedarme contigo —dice con una sonrisa por verla así de alterada.

—No tienes por qué —pongo los ojos en blanco.

Los calores se me suben a las mejillas cuando me doy cuenta que le observo de más.

No sabía si Oliver le gustaba desde el cielo la idea, que estuviera ligando con el hombre más querido del país, seguro que él lo veía como una traición.

Pero ya no podía parar, quería más de Jacob, por lo bien que me hacía sentir y simplemente en unos días.

 
Su risa era perfecta, si quería enamorarme lo iba a conseguir muy pronto. Era completamente un dios. Pero yo estabMe estaba curando del dolor y llevaba un año muerta en vida.
 
—¿De que te ríes? —digo haciéndome la ofendida.

—De lo alterada y colorada que te pones cuando me ves —dice acercándose y acariciando su mejilla.

—Bueno por algo sera ¿no?—digo prepotente.

—Pareces una santa pequeña, pero eres un demonio, ya estas pensando en meterme en tú cama. Por eso cada día me gustas más. Pareces una mosquita muerta y eres una mujer fuerte y valiente que va a arrasar conmigo —dice sonriendo y sin dejar de acaríciarme lentamente.

—Gracias por el alago —digo perdiéndome en sus ojos.

—Antes te mentí, estuve hablando con el departamento de mi empresa, que sí que soy el jefe pero debo comunicarlo a mis empleados. Creo que puede ser una buena oportunidad que dejes de trabajar en esa empresa de moda. Puedes ganar más dinero en mi empresa ayudándome con los negocios y viajando conmigo como primera dama. Además de ayudarme con mi trabajo puedes hacer los trajes de diseño de las fiestas que patrocinamos, ya que se que te encanta la moda y no lo dejarías. Eso podremos hablarlo mas adelante. Si aceptas ganaras 30.000 € más algún plus por lo de la moda. ¿Aceptas?.
 
—¿Cómo sabes todo eso de mí? —digo frunciendo el ceño.

—Jessica Müller yo se todo sobre las chicas con las que me acuesto—dijo con cierta picardia—. Antes de que hables, no no sabía nada de ti el día que te salve, yo necesito saber con quién estoy, entenderás que mi trabajo me puede comprometer públicamente y necesito tener cuidado para no ir a quiebre. El día que te conocí busque información de tu caso y demás cosas tuyas con mis detectives privados. Solo por seguridad —dice volviendo a acariciar mi mejilla.

—Lo entiendo pero has invadido mi privacidad —digo medio enfadada.

—¿Aceptas Jess?, debes de aceptar porque apenas trabajaras a partir de ahora en tu empresa. Tendrás que viajar conmigo y se que necesitas dinero para encontrar al culpable.
 
Sabía todo de mí, estaba en una jaula de oro y ya no podía escapar. El león encerró a la tigresa para demostrar que él es el rey de la sábana y siempre lo será.
 
—Dejame pensarlo— digo molesta, no sabía todo lo que sabía de mis asuntos personales.

—Tranquila puedes responderme en un plazo de dos semanas—informo con una sonrisa.
 
Me da un beso y se va con una sonrisa en la cara. Me hago la cena, un poco de fruta y pavo.

❁ ❁ ❁ ❁

La noche se hizo, después de unas dos películas más me quede profundamente dormida, hasta que una pesadilla me despertó y grite a pleno pulmón despertando a los vecinos seguramente.

Como si un ángel guardián se tratase, como si me hubiera escuchado desde su piso. Jacob apareció en mi habitación.

¿Cómo es eso posible? Da puto miedo ¿A caso me acosa?
 
—Jess, ¿Qué pasa? —dice con preocupación.

—¿Puedo dormir contigo?— pregunto con miedo y apena sin poder respirar, olvidándome de esas preguntas que me hago de él.

—Yo no duermo con nadie cariño —dice sujetándome para que no pierda el equilibrio.

—Jacob, me quiero morir ya no aguanto más —estaba en shock.

—Vamos Jess, tranquilízate —dice con preocupación.

—No puedo Jacob, su fantasma me persigue, el destino no me lo quiere quitar del miedo.

—Espera aquí —dice ordenando.

Sin más se va en dirección al salón, tarda muy poco en volver a la puerta.

—Toma, es un tranquilízate, tómatelo—dice ofreciéndome una pastilla y un vaso de agua.
 
Me tomo la pastilla, se sienta en la cama, justo a mi lado. Me besa, es un beso cálido lento y corto. Luego me echa, me arropa y me da un beso en la frente. Poco a poco me voy quedando dormida.
 
El destino te puede sorprender de tantas formas como hacer que te vuelvas a enamorar aunque lo creyeras imposible.

Necesitamos a Jacob en nuestra vida.
 
 

      

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