Capítulo 39. "Vida o muerte".

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Narra Jacob.

El sentido de vivir es acabar muerto. Pero nos creemos indestructibles hasta que nos llega la hora de ver como se acerca el fin y no podemos hacer nada para detenerlo.

La muerte no me daba miedo, me daba miedo no haber disfrutado de la vida, y haber echo tanto daño, hasta a la mujer que amo Jessica Müller, si así se presento aquel día con su voz tímida pero quería hacerse mostrar que era fuerte. Y lo es. Ha superado el dolor, y ese mismo dolor se le incrusta con el mismo miedo que tenemos todos, morir y no haber solucionado todo lo que teníamos pendiente.

Esa chica, que me agarraba de la mano y salía a correr conmigo. Que parecía que nos íbamos a comer el mundo juntos en ese mismo instante sin querer parar a pensar que una bala perdida podría acabar con todo en ese mismo momento.

Todos corríamos, no tan acelerados como una carrera, pero si a un paso mucho más ligero de lo normal. Harry tenía amarrado a Charles y lo obligaba a caminar delante de todos estaba con un mapa Amelia. Yo y Jessica íbamos detrás, muchas de las veces Jessica se apoyaba en mi y la ayudaba a seguir caminando. Todo el tiempo perdido era muerte segura y ambos sabíamos que teníamos que luchar.
 
Amelia nos guiaba por los túneles o pasadizos que se hacían más estrechos según más bajo estábamos, la guinda del pastel era el viejo almacén de óperaciones de mi padre. Todos nos reuniríamos allí una vez que se amasacrara a todo escolta de mi padre, y se librará a las niñas y demás personas encerradas para la maldad de mi padre. También destruirían los laboratorios, mientras muchos trabajarían en poner a salvo a todos, los de la banda sobre todo nos cubrirían las espaldas una vez llegado al galpón, allí torturaríamos a Charles hasta que nos contará toda la puta verdad de su plan y matarle.

Y para eso le daba unos tres minutos para llegar, llevábamos bajando cosa de veinte y a mi padre y sin pena alguna le daba una hora más de vida.

Al llegar allí, respire aire, me encargue de cerrar la puerta que conectaba todo el laboratorio con el establecimiento donde se controlaba la droga y salía al mercado adulterada y lista para la venta.

Amelia rápida encontró una silla de plástico que coloco en medio del claro. Ya no quedaba más que algunas mesas y sillas y miles de cajas de cartón abiertas para un posible nuevo empaquetado. Harry ato a Charles con cadenas y cuerdas a la silla. Una vez allí mi corazón paro de latir a mil por hora le teníamos acorralado y ya no tenia escapatoria.

Cogi el móvil y en modo hualqui mande un mensaje de cobertura a mi banda por diferenciarlos y la de el Jefe.

—Bien señores, el plan esta funcionando. ¿Está limpia la zona?, ¿Procedéis a la liberación de los rehenes? Cambio y corto —digo sin apartar la mirada de mi alrededor.

—Si jefe, estamos sacando a esta pobre gente, los científicos están atados y los soldados han caído la mayoría —dice uno de mi banda.

—Estamos acabando con los que faltan, pronto estaremos allí, algunos del pelotón ya están bajando —dice uno de la banda de Harry.

—¿Cuantas bajas hasta ahora? —digo con dolor.

—Veinticinco entre todos señor —dice uno de mis guardaespaldas—. Procedemos a la liberación cambio y corto.

Veinticinco eran muchos, pero murieron para salvar a toda la población.

—¿Qué mierdas querías hacer Charles? —le pregunto enfadado—. Cuéntamelo o te pego un tiro.

—Hijo mio, la rabia es una debilidad te hace pensar con el odio no con la razón.

—No me des consejos padre, dime la verdad de todo tu plan de una puta vez, ya no tienes escapatoria.

Pasión llena de venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora