Capítulo 34. "Oscuro pasado".

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Narra Jacob

El pasado es aterrador, cuando te arrebatan la infancia que viene siendo lo mismo que tu verdadera personalidad que desarrollas poco a poco. Te quitan la vida, esa fase donde no hay preocupaciones. El pasado esconde traumas y heridas que no contarías a nadie y solo la persona más confiable llegarías a hablar. Los psicólogos acaban mandándote pastillas para poder dormir y que no te atrapen tus mayores miedos, y en mi caso me jugarían por ser loco.

El semblante era frío, la sangre manchando mi cuerpo, la sonrisa retorcida porque viviría una vez más. Si a un niño le amenazas con la muerte hace lo que sea por sobrevivir, aunque sea todo una simple manipulación.

El pasado es oscuro cuando siempre te ha acompañado, el dolor, la tragedia, la culpabilidad y la muerte.

Jessica salió de mi cuarto, estaba claro que íba a prepararse para el entrenamiento, sabía que contar toda esa verdad la había echo mostrar a la mujer fría que empezó a ser justo en el mismo momento que enterró dentro de si misma por el dolor.

Pero cuando el dolor vuelve a acuchillar fuerte te desmorona y Jessica volcaba toda su furia mientras me golpeaba, incluso retandome sabía que era su forma de bloquear, de no sufrir. Y la adrenalina que produce disparar a la diana pensando que es tu enemigo la ayudaría más a sobrellevarlo.
 
Amelia entro con su traje divino negro de entrenamiento. Sabia a que venia sabía que esa conversación la tendríamos. Era hora de enfrentarme a mi pasado. Era ella la única persona que me había salvado de torturarme con ello. Amelia era una perfecta jefa de su empresa pero también tenia una carrera en psicología y criminología, y era una investigadora innata.

La conocí en un bar cuando todo mi mundo se caía, quería acabar con mi vida. Ella llego a calar dentro de mí, pero no de una manera sexual, aunque era muy atractiva y ese echo hacia que acabásemos revolcándonos. Pero crecí junto a ella todos esos años jóvenes hasta que se convirtió en una hermana.
 
—¿Le has dicho toda la verdad? —interrumpió mis pensamientos.

—Claro que no, si no ahora mismo estaría haciendo las maletas —dije sobresaltado.

—Ella esta enamorada de ti, sabemos que Oliver era un capullo, ella le quiere—dice subiendo los ojos.

—Te recuerdo que te lo tiraste —dije con mirada irónica.

—Ambos sabemos que fue para sacarle información. Lo hice por ti —dijo dándome un tortazo—. Te lo advierto, no me trates de puta hermanito.

—Eres tú la que se ha dado por aludida hermanita —digo riendo.

—Algún día la contaras que mataste a miles de inocentes para que tu padre te dejase vivir, y sigues estando encerrado —se puso sería.

—Sabe que le quiero matar —digo frío— no debe de enterarse que ella también esta en el punto de mira de mi padre.

—Quiere lo que le robo Oliver de verdad, no solo los diamantes y la coca.

Pasión llena de venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora