Narra JacobA quién no le gusta una fiesta, beber descontrolarse y pasarlo bien. En mí caso solo son por negocios.
En mi mundo todo es negro y es cogido a la fuerza. Solo soy un hombre de negocios arquitectónicos, pero todos sabemos qué hay detrás de esta empresa, en la organización que estoy. Y que soy hijo del líder de esta ciudad, todos le tienen miedo.
Las fiesta simplemente están para hacer aliados fieles. Para expandir el negocio y hacer amigos.
Mi padre me llama, rompiendo el silencio de mi habitación. Estoy comiéndome la cabeza, Jessica ha perdido a nuestro hijo, iba a ser un error, apenas llevamos un tiempo conociéndonos. No quiero hablar más del tema con ella, no quiero molestar.Es una mujer altamente fuerte y potente.
No merecia al capullo de su ex marido que es un auténtico gilipollas.
Pero nadie la hará daño, ahora ya no, me tiene a mi y la voy a proteger con mí vida.
—Hijo, hoy es la fiesta con los aliados del contrabando. —dice su voz en el otro lado del teléfono .—¿Y bien, debo acudir verdad? —digo sin ganas.
—Exacto, puedes traer a esa amiga tuya para que la conozcamos, ya sabes muchos pagarían por pasar una noche con ella.
—Ella no está en venta —logró cortarle.
—No te pongas celoso, nada que no hayas hecho antes.
—Ella es diferente, te he dicho que no.
—Vale… si te pones así, pero traela para dar buena imagen, serás el próximo director y ya sabes que una chica da mucho de qué hablar.
—De acuerdo —digo secamente y cuelgo.
Qué se creerá, no, no soy celoso pero no quiero que la toquen, soy el único que puede follarla duro y hacer que llegue al orgasmo.
Jessica es una mujer tigre, es ruda y terca, es perfecta para estar a mi lado mandando a la mierda a todos esos empresarios que solo quieren ganar millones construyendo.
Pero dentro de la mafia, en la que intento formar lo menos posible, sería una mujer carne.
Recojo los papeles, Amelia entra en el despacho. La miro con mala gana, no quiero sermones.
—Como has podido dejarla embarazada, estas loco o ¿Qué?—dice haciendo caso omiso a mi señas faciales.
—Tengo cosas más importantes que hablar sobre este tema Amelia. —digo intentando salir del despacho.
—Tú sabrás, cariño, soy como tú hermana, sabemos perfectamente que la quieres, no lo quieres admitir. Estamos juntos para destrozar a tú padre, a eso he venido, además de asuntos con Jess.
—Eres mi hermana, sí, y estás haciendo un buen trabajo. Pero no te metas en esta relación.
—Hermanito, sabemos muy bien que todo esto no es una casualidad, no con Jess—dice con una sonrisa torcida.
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Pasión llena de venganza
Teen FictionDicen que del amor al odio hay un paso, pero también del odio al amor. Jessica se ve envuelta y esos dos sentimientos, más una tristeza que la inunda el alma. Creía que confiaba en ella y todo se desmorono, se destrozo. ¿Conseguirá saber quién ase...