Capítulo Extra 1.

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Narra Amelia.

Salí de la casa corriendo, Martha podía haber contratado más matones. El guardaespaldas del que estaba enamorada me agarró de la mano y me freno ya en la calle, mis lágrimas corrieron cuando sonaron los dos disparos.
Me caí al suelo de rodillas, todos los guardaespaldas vigilaban la casa y que nadie más estuviera dentro. Martha había actuado sola.

-Están muertos -dice una voz saliendo de la casa.

-Nooo...-grite y llore en los brazos del único hombre que me había permitido amar.

Corrí hacia dentro, hasta el jardín, la sangre corría de los tres cuerpos. Martha murió en el acto dejando sus ojos abiertos. Jacob tuvo que moverse para acabar en los brazos de Jessica, su destino había sido trágico y me dolía, era una mujer muy fuerte que se enamoro de los hombres equivocados, por mucho que quisiera a Jacob no dejo de hacerla sufrir. Pero el amor enfermizo a veces es el verdadero.

Lloro al lado de sus cuerpos.

-Señorita tenemos que deshacernos de él cuerpo de Martha y hacer el velatorio a los dueños.

-Esta bien prepararlo todo -dije incorporándome.

Al día siguiente fue el entierro. Sólo acudimos Harry el padre de Jess, los guardaespaldas fieles de Jacob y yo. Después de aquello volvería a España aunque la empresa de Jacob y todos sus apartamentos me pertenecían no podía pasar más allí me dolía.

-¿Qué harás ahora? -dijo el guardaespaldas.

-Irme a España y olvidarme de todo esto -dije abrazándole.

-Me permites acompañarte -dijo dándome un beso en la mano.

-Sería un honor -dije dándole un beso en los labios.

El viaje a España fue ameno y lleno de dolor. Cuando llegue a mi casa todo era extraño ya no tenia reuniones ni tenía a nadie que llamar de confianza y que no fuera por trabajo.

Dispuesta a reorganizar mi vida hice unas llamadas, habíamos encontrado casa a mi apuesto guardaespaldas. Y yo iba a trabajar para la policía Nacional en busca de criminales asesinos. Se me daba bien investigar.

Así es como día tras día, con mi trabajo me empecé a olvidar del dolor que hundía mi pecho.

Luíses mi guardaespaldas, me protegía a cada paso que daba, pero no me atrevia a confesarle que le amaba. Si estuviera viva Jess se lo diría por mí.

-Te invito a cenar-dijo al llegar a mi apartamento después de un día duro cazando a criminales.

-¿Por qué no cenamos aquí en mi casa?, estoy cansada -dije poniendo ojitos-. Le puedo decir a mis sirvientas que preparen una rica cena.

-Esta bien, no lo puedo rechazar -dijo acercándose a mí y besándome.

Necesitábamos una ducha así que le acompañe al cuarto de invitados, donde él muchas noches se quedaba por petición mía ya que me sentía más segura.
Yo me fui a mi cuarto y me duche, luego me puse el vestido rojo parecido al que tanto me gustaba que se pusiera Jessica.

Los dos bajamos y estuvimos digiriendo entre risas una cena exquisita a la luz de la luna y las velas en el jardín.

-Tengo que confesarte algo -me dijo.
-Dime sin miedo-apremie.

-Estoy locamente enamorado de ti, y ya no aguanto las ganas de hacerte mía por una vez por todas.

Eso me heló la sangre, habíamos tenido besos y algún que otro tocamiento pero nada más haya porque todo era profesionalidad ante todo.

Me levante cuidadosamente y me puse encima de él, y le bese frenéticamente .

-Pues hazme tuya.

En el vuelo y sin dejar de besarnos subimos a mi habitación, me desnudo y yo le desnude a él.

Su cuerpo era musculado y bronceado con un culo redondo y perfecto. Por no hablar de cuando saco su miembro, era grueso y grande, "me va a partir en dos" dije para mi misma pero con cara de susto.

-Tranquila que no soy un bruto-se río

Seguidamente me volvió a besar su pene rozaba mi vagina haciendo querer que se hundiera dentro de mí, pero sus besos bajaron y bajaron hasta rozar mi clítoris que mordió y saboreo enloquecí. Hasta que me corrí sobre su experta lengua.

-¿Con o sin condón?-dijo.

Nunca había tenido una relación sexual sin hacerla sin condón, la pregunta me pillo por sorpresa, sabía que se refería más bien a si no teníamos ningún riesgo para quedarme embarazada.

-Sin -dije deseando experimentar.

Y así metió la punta lentamente pero luego de una limpia y profunda estocada me lleno, dentro y fuera sin parar, bombeado de placer, haciendo que me estrechará contra su polla.
Hasta que llegamos al clímax juntos.

5 años después:

Visitamos a Jacob y a Jessica, muchas veces. Pero esta iba a ser especial estaba embarazada de mi tercer hijo. El niño nació de esa noche furtiva donde nos declaramos, sí, pensé que me había tomado la pastilla pero no. El trabajo estresante que llevaba no era bueno. Pero nació Jacob, así le puse en memoria a mi mejor amiga, luego Luíses y yo nos casamos, dos años después nació Jessica, su nombre fue en memoria de mi mejor amiga. Pero dos años después nos enteramos que íbamos a tener nuestro tercer hijo. Entre lágrimas y allí en la lapida se lo contamos, porque aun que estuvieran en el cielo o eso quiero pensar, para mí siempre estaban a mi lado.

  Entre lágrimas y allí en la lapida se lo contamos, porque aun que estuvieran en el cielo o eso quiero pensar, para mí siempre estaban a mi lado

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Nota de autora:

Espero que os guste. Es un extra de como le va la vida después de la tragedia a Amelia. Habrá un capítulo más sorpresa.

Muchos besitos❤.

Pasión llena de venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora