Capítulo 27 "Protegerte"

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Narra Jessica

El amor se trata de hacer reír, de cuidar, de valorar, y a pesar de las tormentas tengas esa persona desesperada para que sonrías, para que vueles. El amor son caricias, son besos y sobre todo abrazos. Es ir cogidos de la mano luchando contra las piedras duras del camino. Pero sobre todo el amor es protegerse mutuamente ahí es donde el verdadero amor se muestra más potente. Te desesperas, te mueres de rabia si algo le pasara a lo que más quieres.

Me desperté con los brazos de Jacob rodeándome, desnudos, su calor calentaba y estremecía mi cuerpo. Me quede quieta un instante para luego dar media vuelta y darle la cara. Allí surgió la chispa al impulso que jamás pensé que pudiera hacer. Le abrace y le bese a lo que él y sorprendiéndome me correspondió. Me subió en su abdomen y me eche en su torso.

Nos miramos y el fuego se encendió de nuevo, notaba como su miembro se endurecía. Pero no íbamos a hacer nada. Nos esperaba una luna de miel ya más de verdad de lo que llegaría a admitir.
Pasamos la semana visitando París comiendo en sitios caros, y en el hotel cada noche nos entregamos.

Me estaba enamorado de él sabia lo peligroso que era, más con Oliver en mi cabeza aun.

Lo que más miedo me daba era que le estaba amando de verdad con mucha más intensidad que nunca lo hice con Oliver.

Una de las noches una llamada interrumpió lo que iba a ser hacer el amor a lo duro.

—Haz las maletas, tenemos que regresar
—dijo muy serio.

Sin decir una palabra nos pusimos a recoger, sabía que aunque preguntara no me iba a dar las respuestas que tanto quería. El viaje paso en silencio. Llegamos al apartamento.

Subí mis maletas a mi habitación y me eche en la cama frustrada. Se había roto todo volvíamos a ser jefe y trabajadora, aunque ahora el plus de que un papel dijera que estabamos casados.

—Pequeña—dijo y entro en mi cuerto—. A partir de hoy vas a dormir conmigo en mi cuarto.

Los ojos se pusieron como platos.

—Te amo Jessica —dijo agarrandome de su mano.

—Yo solo te tengo un poco de cariño —digo picándole.

No podía decirle que me estaba, y lentamente enamorado de él. Cogida de su mano me fui a su habitación era completamente negra y blanca bien ordenada. Lo único que hicimos fue dormir estábamos cansados. Se me había olvidado el míni enfado de tener que romper la luna de miel por asuntos que no sabía.

A la mañana siguiente su voz ronca me despertó con un rico desayuno, me lo comí todo, no había cenado nada. Jacob me beso para seguidamente mandar a la sirvienta recoger la bandeja. Solo estaba con sus bóxer. Que la sirvienta la viera así me empezó a matar de celos.

Pasión llena de venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora