Narra JessicaMe encanta la libertad de moverte por el mundo, es la sensación de que descubres y te llenas de nuevos conocimientos y costumbres, pruebas nuevos sabores.
Pero cuando viajas por obligación y trabajo las ilusiones se desmoronando.
Llevaba tres días sin salir de mi casa encerrada en mis pensamientos. Esos días no supe nada de Jacob. Se estaba luciendo, seguro que ya me habría olvidado a éstas alturas.Sus brazos musculosos apretando su camisa es lo primero que vi de tomar una siesta. Quería gritarle y pegarle un buen tortazo, ya valía que se colará así sin avisar en un domicilio privado.
Le miraba incitando a que dijera algo. Carraspeo la garganta y se acerco a mí sin apartar sus ojos de mi mirada.Pensaba que me iba a besar y cerré los ojos, cuando acarició mis manos frías. Pero no me besó, solo se quedó ahí observando cómo me desarmaba su presencia y mis hormonas se revolucionaban.
—Pequeña, nos vamos de viaje por trabajo — baja la mirada—. No te voy a dejar sola aquí así que vas a venir conmigo.—¿A dónde vamos?—digo con la voz casi muda.
Tres días sin saber nada de él y ahora tenemos que trabajar.
—España, vamos a ver a una gran aliada de nuestra empresa. Es muy importante, necesitamos que los empresarios españoles acepten y firmen el contrato—dice clavando de nuevo la mirada.
—¿Pretendes que diga que sí, cuando has desaparecido?—digo levantado el ceño.
—Lo siento pequeña, pero he estado trabajando y preparando este viaje—se levanta—. Haz las maletas, nos vamos en una hora. Llévate ropa elegante, nos vamos cinco días.
Y este qué se cree que es. Nunca he salido de Londres aunque hiciera vestidos para que lo llevarán modelos en muchos sitios del mundo, me hacía ilusión viajar pero para trabajo apenas vería nada.
Hice las maletas, no iba a discutir y así saldré un poco de esta rutina monótona. Y así me olvidaré un poco de Oliver.
En dos horas íbamos en un avión privado rumbo a Madrid, España. Sabía algo español y me podía servir para ayudarme a dialogar con los jefazos.Vaya nervios.
—Jess, pórtate bien, utiliza esa prepotencia para convencerles, se que eres una chica lista. Sé que es difícil pero necesito tener el control de absolutamente todo ¿Entendido?—dice mirándome a los ojos y eso me derrite.
—Sí, jefazo—digo rodando los ojos—Eso ha sonado muy bien pequeña— susurra en su oído.
Me recorre un escalofrío, él al acercarse tanto a mí sube la mano por mi entrepierna y roza mi parte íntima por encima del tanga. Haciendo que suspire, contento por lo que ha conseguido, se hace el distraído y mira por la ventana, nos mantenemos luego en un silencio para nada incómodo.
Llegamos a Madrid, allí nos dirigimos a un hotel, deshacemos las maletas y Jacob me lleva al centro, a un apartamento.
Cuando llegamos una chica nos abre la puerta. Era más o menos de mi estatura, pelo anaranjado, algo rizado, delgada, ojos color miel, y algo morena de piel.Entramos dentro y nos sentamos en unos sofás blancos, en medio había una mesa de cafés. Allí nos sirve unas copas de vino.
—¡Hola Jacob! —dice dándole dos besos en la mejilla.—¡Hola Amelia! —devuelve el gesto.
—Tú debes ser la novia de Jacob, ¿Me equivoco?—dice sentándose a nuestro lado.
—Mejor dejémoslo en amigos—afirmó graciosa.
—No te preocupes conozco a Jacob desde enanos, es mi mejor amigo, y mi mayor aliado. ¿Sabías que estamos haciendo un proyecto fuera de nuestras respectivas empresas?, por eso estas aquí—su voz es muy activa y me encanta su forma de ser.
—Me parece muy interesante, me alegro —digo lo más amable posible.
—¡Un momento! ¿Tú eres Jessica Müller? —dice llevando las manos a la boca.
—Sí , ¿Por qué? —digo con miedo.
—Conozco a tú difunto marido—dice con cara triste.
—¿De qué?—pregunto sobresaltada.
—Es mejor que no se lo digas Amelia—dice Jacob con una seriedad que nunca ví.
—Decirme ¿El qué?—estoy que echo humo de la intriga.
—Hace como ocho meses me acoste con Oliver en una fiesta en Londres. No sabía que estaba casado, hasta que mis detectives me dieron información de él. Ibamos alli a buscar aliados. Luego me entere que murió.
—Me disculpas, ¿El baño? —digo tragando las lágrimas.
—Tranquila Jess. —dice Jacob agarrando mis manos.
—Lo siento. —dice con voz triste Amelia.
Los viajes hacen que descubras cosas nuevas 100% seguro. Y puede que también descubras una gran mentira.
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Pasión llena de venganza
Teen FictionDicen que del amor al odio hay un paso, pero también del odio al amor. Jessica se ve envuelta y esos dos sentimientos, más una tristeza que la inunda el alma. Creía que confiaba en ella y todo se desmorono, se destrozo. ¿Conseguirá saber quién ase...