XVIII

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Caroline despertaba cómo era de costumbre muy temprano, el reloj digital que estaba arriba de la puerta marcaba las seis y media de la mañana. Demoró media hora para hacer su aseo, ese día, era el principio de todo. Avisó al personal que estuviera listo el desayuno, mientras que todos miraban con misterio a su ama.

Ese día Caroline decidió vestir de negro, que refleja elegancia, y es lo oculto, lo secreto y lo desconocido; nos da un aire misterioso a quienes lo vestimos. También crea una barrera entre nosotros y el resto del mundo, haciéndonos sentir cómodos y seguros; nos ayuda a ocultar vulnerabilidades e inseguridades.
Se quedó sentada en la mesa de cristal muy reluciente, leía el periódico mientras bebía su café.

-Antonella. - Dijo, con una voz autoritaria, su mirada siempre fija en el papel.

La muchacha escuchó el nombre y salió rápido, traía en manos la bandeja con más café.

-Digame señora. _ La chica tenía la mirada agachada.

-Más café por favor. - Murmuró, observó a la chica y volvió hablar. - La mirada siempre arriba, ya lo hemos discutido, siento que es una falta de respeto hacia mi persona.

-Disculpe señora. _ La chica estaba temblorosa, todas estaban intimidadas.

-Pronto llegará una persona y quiero que la reciban bien, le dices a la señora Karla que hoy exijo su presencia en el desayuno. - Anto solo asentía.

La chica se retiró rápidamente, Caroline solo estaba bebiendo si café, le llegó una notificación a su celular y miró varios mensajes.

-Todo está perfecto, estamos entrando a la hacienda tipo mansión. _ Eso le dió risa.

A partir de ese momento empezarán a no volver a faltarle al respeto. Se acomoda bien y pasa una pierna encima de la otra. Escuchó pasos pero no les dió importancia, en eso llegó su esposa, por el re ojo miró que era ella.

-Siéntate aquí, a mi izquierda. - Ordenó.

-Buenos días. ¿Porqué ese cambió tan repentino?. _ Argumenta Karla.

-No me cuestiones Karla. Solo obedece.

Se escuchó el sonido del timbre, ella siguió observando su celular. En pocos segundo las pisadas eran constantes, y al parecer eran varias personas.
Rápidamente estaban sus hombres en aquel espacio rodeando la mesa, su abogada, y una invitada especial.

-Buenos días Caroline. _ Le respondió los buenos días. - Tanto tiempo sin vernos.

Caroline se puso de pie, la saludó de mano y le golpeó la espalda.

-Así parece hermana. _ Le señaló la silla que estaba a su lado derecho. - Supongo que todo está bajo control. ¿Tienes lo que te pedí?.

-Todo está aquí. _ Palmeo su maletín.

-De acuerdo, Cecilia, el desayuno. _ Su tono de voz estaba muy dura.

Sú nana llegó con otras chicas, cada una se dispersó y empezaron a servir, Cecilia tenía su mirada al suelo, sentía que alguien la observaba demasiado. Cogió valor y alzó su mirar, a un costado estaba su hija llorando, salió corriendo para abrazarla pero le cerraron el paso los hombres de su jefa. Absolutamente todos estaban a la expectativa de lo que sucedía.

-Caroline por favor, déjala ir. _ Su nana empezó a llorar.

-Nana, ella estuviera en su casa descansando, pero no, sabes que a mí no me gusta que me colmen la paciencia,y hoy, les voy a demostrar a cada una de ustedes que conmigo no se juega. _ Aún estaba sentada. - René trajo los papeles para quitar la orden de alejamiento y quiero que los firmes en estos momentos Tessa.

La chica rubia la miró con rabia, quería agarrarla y apretarle el cuello. Sólo si lo hacía, aquella mujer le había su vida miserable, además de que no quería que su hijo estuviera cerca de alguien cómo ella, vil y despiadada.

-No firmaré nada, Andy no puede crecer en este ambiente. _ Habló apretando los dientes.

- Ya veremos si después de esto tú respuesta sigue siendo esa. - Con mucha delicadeza se puso de pie, quitó su saco y lo colocó en el respaldo de la silla. Aflojó un poco su corbata. Caminó despacio, los ojos puestos en ella, miedo era lo único que sentían. Cuando llegó a Tessa le agarró el cuello y la llevo a la mesa, su cabeza pegaba al vidrio, mientras que Caroline estaba detrás de ella. - ¿Vas a firmar los papeles ahora?.

-Vete al carajo, no voy a ceder. _ Gritó. Tessa estaba tratando de escapar de sus garras, no pudo, un gruñido salió cuando apretó Caroline. Se movía, cuando escuchó el Clip de la pistola apuntando a su cabeza se quedó quieta.

-Caroline, por favor, déjala, piensa en el bebé. - Repitió su nana.

-Tiene que aprender a obedecer. _ Murmuró.

Karla estaba muy asustada, tenía por la vida del bebé, un bebé inocente. Miró a su alrededor, había un hombre con una pistola, Karla rápidamente se puso de pie y lo chocó, en ese momento sacó el arma y se apuntó.

-Dejala ir o disparo. _ Todos estaban con cara de estás loca, pero era la única solución.

-Deja el arma Karla, te puedes lastimar. _ Algunos hombres empezaron a acercarse, Caroline le hizo una señal.

-Si se acercan les juro que disparo y no estoy jugando._ Advirtió.

-Ahora no estamos para jugar Karla, solo coloca la arma en la mesa y haré cómo que nada sucedió. _ Le trata de persuadir.

Los hombres pensaron que no sabía usarla así que poco a poco se acercaron.

- Diles que se alejen. _ Volvió a advertir.

-No, ellos están haciendo su trabajo. - Contradice Montero

-Pues lamento decirte que si pierdo al bebé será tu culpa. _ Llevó el arma de la cabeza al estómago.

-No serías capaz de dispararte. Procedan. _ Ordenó que le quitaran el arma, ella estaba de espalda y escucho el estallido.

-El segundo tiro va para ti, si no aceptas mis términos.

Un hombre estaba en el suelo con la herida de bala en el brazo.

—De acuerdo, se hará lo que tú digas. _ Caroline dejó el arma en el cristal.

—Mi término es, deberás dejar ir a Tessa a Miami, yo acepto la responsabilidad por ella, acepto todo.

—No esperaba esto, Tessa regresa a Miami hoy mismo si quiere, pero tiene que firmar. De no cumplir este término, puedes dispararte si eso quieres. El bebé puede ser mío, cómo puede ser de Daniel, y no creo que tus padres te perdonen por matar a un ser inofensivo. _ Caroline tenía no solo el poder del momento, si no que ya le había persuadido a Karla, y Line estaba frente a su esposa, y tan rápido como pudo le quitó el arma. — Tengo el control de nuevo. _ Caroline se burló de ella. — Mejor hagamos algo, que tal si las dos de ahora en adelante se encargan de mis cosas, por ejemplo, una tendrá que lavar la ropa, la otra hacerme el desayuno, y todo lo que yo quiera. Serán tipo, mis sirvientas.

—No serías tan hija de puta para hacer eso Caroline. _ Gritó Karla.

—Entonces has que Tessa firme este documento. _ Se lo tiró al suelo.

— A partir de mañana empiezan con sus trabajos asignados.

—Estamos embarazadas. _ Quiso chantajearla.

—Ya saben lo que tienen que hacer, solo firma los malditos papeles Tessa. _ Gritó y la vena del cuello se le marcaba.
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Chicos, estamos a 10 seguidores para los 50. Les agradezco a esas personitas que votaron en casi todos los capitulos, en verdad gracias, a los que me han seguido, los que me siguen desde el principio.

Seguiré a los próximos 10 que me sigan.

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora