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El día de la consulta con la obstetra Karla fue sola, estaba enojada con su aún esposa, Caroline se le notaba algo raro desde que le dijo esas cosas horrendas a su mujer. Pero era la verdad, ella se la había follado cuando la engañó con ese bastardo, no lo sabía, hasta ahora que salió con que estaba en pleno embarazo.

Caroline tenía pensado salir por ahí, quería despejar su mente de tanta mierda que pasaba en su vida. Iba sola en un Mercedes Brabus negra. Sentía que no podría más con esta situación, estaba teniendo una crisis muy errática, buscó en el apartada de los dos asientos de adelante la cajetilla de cigarros que portaba en cads uno de sus autos, lo fue fumando en todo el camino, en una curva miró que un auto venía tras de ella, no lograba verlo, así que descendió un poco la velocidad para que el auto se pasara, pero el vehículo freno de golpe el cruzarla, como pudo ella detuvo el automóvil. Vio bajar al bastardo de Daniel, estaba teniendo una crisis y este gilipollas venía a provocarla.

—Baja del maldito auto estúpida bastarda. — Escuchó decir Daniel.

Lentamente Caroline lo hizo, tiro su cigarrillo y lo pizó para que se apagará completamente. Lo miró muy enfadado, él tipo estaba que se lo llevaba el demonio. Line sólo reía de él.

—Eres muy valiente al venir hasta acá, digo, después de lo que ocurrió el día que te querías llevar a mi mujer a otro lugar. — Su sonrisa era cínica el cual provocaba más al hombre frente suyo.

—Deja de decirle así, ella no es tu mujer, es mía, la tomaré y nos largaremos los tres juntos, ella, mi hijo y yo. — Gritó eufórico.

—¿Oh de verdad?. — Claramente estaba burlándose de él. — Déjame aclararte algo querido amigo soñador, ella se casó conmigo, lo cual me dice que es mi esposa, mi mujer. Lo peor de todo esto es que el bebé nacerá en el matrimonio. —Su mirada sádica decía mucho que decir.

—No vuelvas a decir que es tu hijo maldita bastarda, no me vas a quitar lo que más amo, primero muerto antes de que eso pase. — Cuando dijo eso Daniel, sacó una pistola, le apuntaba a Line.

—¿Piensas que me tendrás pidiendo por mi vida a cambio de la libertad de mi mujer? Estás equivocado, la vida me ha obligado a no arrodillarme delante de nadie, la mafia, mi imperio me ha hecho una persona que no tiene valor por la vida, soy una persona incapaz de sentir pena por alguien. Vamos amigo, si vas a disparar hazlo ahora, porque mientras yo viva, ella y ese bebe que lleva en vientre serán míos. Y si te tengo que matar para que los dejes en paz, sin duda lo haré.

Solo un estruendo se escucho, el eco que hizo fue muy audible, Daniel había disparado, ver él cuerpo en el pavimento inerte, se paralizó, sintió mucho temor al ver a la mujer tirada. Se fue acercando para ver si aún seguía con vida, vio el charco de sangre, quería salir de ahí, no quería, algo le decía que debía llamar una ambulancia, su temor pudo más que él y sin más se fue.

Después de unos minutos Caroline se estaba poniendo de pie, la herida le dolía demasiado, apretaba los dientes para tratar de amortiguar un poco el dolor, en su paladar siento el sabor de su propia sangre, eso no era para nada bueno. Se subió a su auto, lo encendió a como pudo y dio vuelta, si se apuraba podría llegar a la hacienda, cada segundo era crucial, se quito su blusa blanca manga larga y la puso como venda alrededor de la herida, trataba de parar el sangrado. Apretó tan fuerte que grito al sentir mucho dolor, ahora solo se disponía a acelerar pero mientras más avanzaba su vista se volvía borrosa, podría jurar que en cualquier momento se iba a desmayar. Cuando ingresó a la hacienda, vio que el auto donde había ido su esposa al médico llega a Justo cuando ella entraba. Aparcó dando un gran freno que todos se asombraron por eso, karla no le tomó importancia y avanzó a la gran puerta, en ese momento Caroline abrió la puerta y su cuerpo cayó al suelo, se había desmayado.

Los empleados miraron horrorizados a su jefa y fue a donde estaban mientras gritaban por un doctor. Karla al ver la escena corrió hasta donde estaba su mujer todo ensangrentada, se puso en cuclillas, dos de sus dedos fueron a su cuello, sintió su pulso, era muy débil.

—Debemos llevarla al hospital de emergencia, está sangrando demasiado y su pulso cardíaco van en descenso. — Grito Karla, verla ahí debatiendo entre la vida y la muerte se dio cuenta de algo. Ayer por la noche ella le había dicho que se muriera, comenzó a llorar por maldecir cosas que no debía.

—Hay un cuarto donde tienen todo tipo de cosas de hospital, podemos trasladarla para allá . – Dijo un trabajador.

—¿Que están esperando carajo? Muevanse, llamen al doctor de cabecera mientras yo haré todo lo posible por detener la hemorragia.

Con sumo cuidado la llevaron hasta el cuarto, algunos de los empleados llamaron a los padres de Caroline, el doctor dijo que llegaría en cuanto antes para atender a la joven, en él cuarto Karla pidió pinzas, cubre bocas, guantes, anestesia, etc. Comenzó el proceso de extracción de la bala, el cual le era difícil ya que estaba muy profunda, insistió tanto que después de diez minutos extrajo la bala. Miró el calibre y las iniciales en miniatura, “DCM”. Hizo la sutura, con unos paños, limpió el cuerpo de su esposa que estaba cubierto de sangre seca, la chica estaba totalmente fuera de peligro, su respiración era totalmente rejalada. Cortó el top que llevaba Caroline ese día, pidió que buscarán ropa limpia y cómoda para la joven, el cual le trajeron unos pans azules, bóxer negros, top del mismo color y una sudadera.

No iba a dejar que nadie viera a su esposa desnuda, desabrochó el cinturón y lo fue retirando lentamente hasta que fue extraído completamente, quitó el botón del pantalón, cuando terminó hizo lo mismo con el bóxer. En otras circunstancias le hubiera admirado todo el cuerpo y su parte intimada, pero ese día no era el caso, lentamente le ponía cada prenda de ropa, no fue tan difícil ya que cuando estaba de pasante tenía que hacer el trabajo de segundo.

Ya para cuando el doctor ingresaba a la habitación todo estaba totalmente bien, solo verificó signos vitales. Los padres de Line ya estaban igual.

—¿Como está nuestra hija doctor? — Pregunta la mamá de la joven.

—Está estable, su nuera ha echo un trabajo extraordinario al intervenir. Solo queda esperar a que despierte, tal vez sea más tarde o mañana, la bala fue a la altura de dos costillas arriba del corazón. El que disparó quería matarla, tal vez falló, o de plano no sabe usar un arma porque de lo contrario su hija estuviera muerta. — Un gemido agudo salió de la boca de la mujer mayor. Adrián ayudó a su esposa a que no se cayera.

—¿Quién pudo haber echo eso?. — Musitó Adrián enfadado.

—Sea quien sea, solo tu hija podrá decir, a no ser de que cuando despierte devuelva el mensaje..

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora