III

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Los acontecimientos sucedieron rápidamente, como lo había dicho Caroline, la cuenta fue saldada, Line confiaba plenamente en su futura esposa.

Karla por lo pronto decidió decirle a su familia que se casaría el sábado, se alegraron por ella pensando que era con Daniel. No es que no quieran a Caroline, es solo que eso no lo veían bien. Cuando les dijo que era con la heredera de los Monteros hicieron gestos, le cuestionaron si es por lo del dinero pero ella negó todo, les juró a sus padres que ella siempre había estado enamorada de Line pero que no se atrevía a decirle hasta hoy. Lo fueron tomando un poco más mejor pero eso no cabe el echo de que quisieran que se casara tan rápido.
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Un día antes de la boda.

Caroline portaba una vestimenta super elegante, un traje negro y a la par una gabardina blanca larga. Sus lentes de sol hacia juego con su porte. Su cabello lacio, bien cuidado. Era chica de 1.73 de altura, sus ojos color grises, labios gruesos y rojos, su piel era blanca.
Sus padres no estaban de acuerdo cuando les mencionó sobre la boda, si ellos supieran porque hace todo esto. Había mandado a pedir uno de los helicoptero que tenía para ir más rápido a New York, pero antes iría por su prometida, fue por ella en su camioneta Mercedes Brabus. Cuando llegó hasta la gran hacienda de la familia, bajó lentamente, su corazón golpeaba demasiado como para estar relajada. Acomodó un poco su traje, no quería que ninguna arruga resaltara en su vestimenta.

Una ama de llaves la acompañó hasta el lobby, el señor Carlos estaba ahí.

-Caroline, un gusto verte por estos rumbos. - Habló primero Carlos.

-Buenos días Carlos, he salido del hospital hace un par de días y heme aquí. - Contestó gustosa y con el famoso apretón de manos.

-Ponte cómoda. - Le sugirió.

-No gracias Carlos, estoy bien, yo solo vengo por Karla, quizás fue algo imprevisto pero no tenía su numero así que espero y no te moleste. - Continuó.

-De ninguna manera, voy a avisarle espera un segundo. - Se alejó hasta la cocina, mientras Line comenzó a observar por todos lados el diseño de aquel lugar, no estaba tan feo pero le faltaba algo, pero no sabía que era. El gran sofá gris resaltaba muy lindo, los cogines de colores era fenomenal.

—Mi padre dijo que estabas aquí, en un momento pensé que bromeaba pero no. — Dijo con algo de fastidio.

—¿Sabes? Vine de ánimos como para enfadarme por tus berrinches de niña aniñada, deberías tener unas cuantas cosas en claro en cuanto al respecto conmigo, no voy a tolerar tus malos tratos frente de los demás o cuando estemos a solas. Serás mi esposa y espero y te portes como tal. — Contestó con algo de carácter duro.

—Claro, como seré tu mujer yo haré todo lo que tu quiera. —Nótese el sarcasmo.

—Mira Karlita preciosa, no me hagas enfadar, se que no soy santa de tu devoción pero al menos finge tener amor por mi, el día de la boda, no estés amargada ni me rechaces porque de ti depende si se consuma el matrimonio cuando estemos a solas. — Busqué el maletin que traía en mano. — Ésto es para ti, pensaba ir contigo hasta New York en el helicoptero a comprar el mejor vestido de novia, pero veo que andas en un plan que me castran los huevos, así que no se como le hagas pero quiero que el vestido sea bonito, compra el que más te guste, no importa cuánto cueste, no importa nada. Compralo, y aquí están los papeles igual de la deuda. El día de la boda tendrás que llevarlo, para que yo pueda firmar y todo esté resuelto. Tienes el resto de hoy porque mañana, serás mía Karlita.

Salió apresurada por estar en su casa, había llamado a su diseñadora de todos los trajes para pedirle un lindo Smoking para su boda.. Ya no tenía ganas si de volar así que enviaría a su asistente para que lo trajera. No le gustaba para nada la actitud de Karla hacia ella pero no podía hacerle nada. Sabía que la chica no la amaba pero tampoco era para que la tratara asi.
Llegó a su mansión, azotó la puerta del vehículo con tanta fuerza que llamó demasiado la atención.
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Karla por su parte no creía que aquella mujer fue capaz de pagar tanto dinero para un simple vestido, sus padres y hermanas cuando vieron el maletin repleto de dinero se asombraron, era una locura.
Aún así su madre y hermanas acudieron con ella a una boutique para comprar el vestido. Cuando terminaron de ver todos hubieron dos que les encantó a todas.

Al volver, estando en su recamara sola, sonrió, le había encantado su vestido, estaba algo emocionada. Tal vez no era lo que ella había planeado pero al fin de cuentas era su boda, quizás no ame a Caroline pero sabia que era una buena chica, lo comprobó cuando estuvieron en Londres, cursando la carrera.
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El día de la boda.

La boda se ejecutaría a las 18 hrs, sería la boda perfecta, la puesta del sol cayendo para dar el anochecer, todo estaba listo para efectuarse.

Caroline había estado algo mareada en todo el transcurso de todo el día, no sabía por qué pero algo la tenía mal. Su traje era blanco, resaltaba todo en ella.
Por lo tanto, Karla estaba muy preciosa para la ocasión, a pesar de todo, estaba realmente nerviosa.

Cuando la hora había llegado, los invitados y Line esperaban por la novia, le habían informado que la chica ya estaba en las instalaciones de la mansión, igual había mandado a poner alta seguridad para cualquier cosa. Momentos después Karla aparecía con su padre en brazo, ambos sonriendo, Caroline al ver eso sonrió aún más, sabía que la chica actuaba pero no quería que esto fuera obligado. Cuando la recibió, agradeció a Carlos y le dio un beso ambas manos a Karla, un gesto algo hermoso.

El padre comenzó a decir lo común en toda boda, las chicas dijeron los votos de ambas.

—Las declaró unidas en matrimonio. Puede besar a la novia. — Caroline se acercó, con una mano acarició la mejilla de Karla y la beso, la besó tan tiernamente, tan pasional y lento, Karla no perdió el tiempo he hizo lo mismo.

Los silbidos, aplausos y gritos no faltaron, para cuando el beso se terminó ambas sonrieron y unieron sus frentes.
Pará todos era algo lindo, para una de ellas, la herencia de su familia.

Sacaron fotos con cada una de la familias que llegaron, fotos donde salían ellas juntas con sus padres, o simplemente ellas dos. Caroline no quería nada de tomar, se sentía mal. Podía sentirlo, sabía que sí se paraba caería. Llamó a su padre para que la ayudase a llegar hasta su recámara se despidió de todos, diciendo que estaba indispuesta. Nadie protesto.

—Dejame aquí, yo puedo. - Dijo.

—Está bien, cualquier cosas me avisas. Su padre regresó al festejo para estar conviviendo con los invitados. Se disculpó con todos por parte de su hija.

Caroline llegó a su habitación a como pudo, entró la ducha para quitar un poco lo transpirada que estaba. Al salir se encontró con su esposa.

—¿Te encuentras bien?. —Preguntó.

—Si, sólo es un simple mareo. — Comentó buscando las prendas grandes, estaba en top y boxers. — Porque viniste, pudiste quedarte allá abajo.

—Esta bien, quise ver si te encontrabas bien. — Comento.

—Ya vez que si te preocupo. — Dijo Line un poco sonriente.

—Ni creas que es por eso, quiero que firmes los papeles. Por eso vine hasta aquí. — Le extendió las hojas y Caroline se sintió idiota al pensar que esta mujer se preocuparía.

-Mm ya entiendo. Alcanza un bolígrafo que está en el escritorio que está a tu izquierda. — Su rostro se volvió serio. Se coloco unos sweatpans.

Camino junto a la par de Karla, cojio el bolígrafo y firmó. Volvió hasta su armario. Karla salió y buscó a su padre para dar los papeles. Cuando regresó vio a Caroline en el suelo.

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora