38 "Manuela"

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Martes por la mañana, Karla salía a dejar a las gemelas al preescolar aunque contaban con chóferes que hacían ese trabajo, jamás dejó a un lado a sus hijos, aunque Caroline le decía que "ser ama de casa" no era lo que Karla aspiraba, dicha mujer renegaba pues sus costumbres, y enseñanza que se le inculcó desde pequeña era esa, ser una ama de casa. Caroline veía aquello cómo una discriminación hacia las mujeres, ¿En qué época creían los padres de Karla que estaban? ¡Joder! A estas alturas un hombre puede hacer los quehaceres de la casa, la mujeres pueden salir a trabajar cualquier ofició y eso estaba perfecto. Decir que las discusiones fueron constantes al inicio de su nuevo renacimiento del matrimonio, eran demás, Caroline le comentó a su esposa que podría ir a trabajar en la empresa, lo que siempre escuchaba en negativa. Lo que realmente quería Karla era poder trabajar en un hospital público para ayudar a tantas personas cómo pudiera. Y eso no pasó desapercibido para Montero, en unos de los pisos del hospital privado que le pertenecía décadas a su familia logró hacer que su esposa instalara todo lo necesario, cualquier tipo de urgencias más allá de lo que Karla no pudiera hacer, los mandaban a los demás pisos.

Por otra parte Caroline llegaba a la empresa irradiando alegría, amaba su vida, su familia, logró formar una familia con la mujer que tanto amaba en su adolescencia. Tenía tanto dinero que ni sabía que más hacer con el, literalmente se pudría en dinero. Siempre apoyo a casas de adopción, construyó algunos hospitales para todo tipo de animales, apoyó los asilos para adultos mayores que estuvieran sin algún hogar, dinero salía y dinero entraba.

Y ahí estaba, día a día aceptando más inversiones que no necesitaba pero que ayudaba a los demás pequeños empresarios.

-Robinson, buenos días, necesito que me apoyes hoy con mi agenda, ordena desde el más importante hasta lo que no lo son. - Asistió la otra mujer. -La llamada que tenía programada con la Señora Lucero, le marcas ahora y me pasas la llamada. Te encargo un poco de hielo.

Dejó aquella mujer, pese a sus cuarenta y tres años, Leilani Robinson seguía fiel a lado de Caroline, su sueldo aumento y ganaba bastante bien como para renunciar. Colocó su gabardina en el perchero, acto seguido llegó a su silla y ahí dejo su blazer. Admiró la ciudad, ese territorio con muchos pros y contra desde un principio, todo se supo solucionar. El teléfono de la oficina empezó a sonar.

-¿Si?. - Contestó su ex amante.

-Hola, buen día Lu.- Sonrió, aunque sabía que la mujer del otro lado ni le miraba.

-Caro, un gusto saber de ti. ¿A qué debo tu llamada?.

-El gusto es mío, te llamo ahora por que me enteré que andabas de viaje con August, solo me aseguro de que llegaron en perfectas condiciones.

-Llegamos a penas ayer por la noche, August estaba cansado y no quise enviarlo a la escuela, ya fue hoy.

Y cómo había dicho antes, Caroline Montero le había dado su apellido al hijo de su ex amante, el chico de tan solo dieciséis años la considera mamá, Karla por su parte apoyó a su esposa en todo lo que ella deseaba con el bebé que aguardaba en el vientre de la ex amante de su mujer.

-¿Lo pasaron bien? Cuéntame cómo se la paso mi hijo, estaba tan emocionado por ir a Dubái que me fue un poco ingrato de mi parte no poder estar con él. - El día del viaje Caroline salía de viaje con su familia, prometiendo así al pequeño que estaría las veces que el quisiera en la gran mansión. Aunque son hijos de diferentes madres, se llevaban realmente bien todos.

-No hay mucho que decir, le gustó más al ver cómo pasaban súper autos como él dice, todo fue tan lindo, gracias. - Lucero después de su embarazo terminó la universidad, se graduó en gestión empresarial, Caroline le obsequio una empresa que había quebrado, actualmente la mujer de treinta y seis año estaba realmente bien económicamente, sin embargo, Caroline costeaba viajes o cualquier cosa que su hijo quisiera.

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora