II "Serás Mía"

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Conforme iban pasando los días, Caroline estaba enojada con aquella mujer, no solo por las cosas que se enteró, sus padres dijeron que debía mantener alejada de ella porque era una chica comprometida, Caroline daba todo por tener a esa chica entre sus brazos.
Sabía que si sus padres se enteraban de que ella quiere a la mujer como esposa tal vez y puedan ayudarla a tenerla. En dado caso los términos lo dicta ella, sus progenitores no se involucraría en sus negocios. Adrián y Carolina se quedaron en la hacienda para checar la producción de las uvas del nuevo vino que su heredera tenía como proyecto. Habían insistido tanto en que irían con ella para saber sobre las consecuencias que produjeron ambos golpes, Caroline se negó rotundamente.

Su hermano Santiago había volado hasta donde se encontraba su hermana mayor, el se hizo cargo de su traslado. La actitud y gestos de Caroline lo tenían arraigado, algo no andaba bien, él lo sabía. Pero si su hermana decía que todo estaba bien, él le creería.

Fueron bien recibidos en su enorme mansión que tenían como hacienda. Caroline sólo se quedó a lo mucho media hora y se despidió con la excusa de que estaba agotada. Nadie dijo nada.
Conforme los días iban pasando muchos notaban la ausencia de la chica, ojos apagados, su mirada perdida, no sonreía, incluso cuando llegó su hijo a visitarla no fue la misma. Su padre pretendía hablar con ella si o sí.

Todos esperaban por ella en el comedor, en cuanto a los horarios ella era puntual aún con su mal estado. Caroline vestía unos short corto azul eléctrico y una playera negra.

-Buenos días. - Dijo a duras penas.

-Buenos días - Dijeron todos al mismo tiempo.

-Hija, yo quería cuestionarte sobre toda esta actitud tuya, te la pasas todo el día encerrada, no sonríes y cuando viene mi nieto tu no eres la misma. No digo que lo trates mal pero he visto que cuando él está presente juegas, en estos días te noto rara. ¿Qué es lo que pasa? Prometo ayudarte, bien. - Terminó su padre de hablar.

-¿Como quieres que esté? No eres tú quien sufre por dolores en los testículos, no fuiste tu quien tuvo una torsión de uno de ellos y que por poco pierde parte de su intimidad. - Respondió duramente.

-Todos pasamos por eso hija, pero no acabó de entender tu actitud. Nadie te ha echo mal. - Contraataca.

-Karla, ella hizo mucho, arruinó mi puta vida. Y si en verdad quieres ayudarme, harás todo para que ella sea mi esposa. - Golpeó la mesa con el puño, restándole importancia al dolor. Sabía que su padre le daría a la chica en bandeja de plata.

-Pero no puedo hacer eso, ella no te ama, ella está comprometida a punto de casarse. No puedo obligarla a que te ame. - Apesar de que él era hombre, le tenía miedo a su hija.

-Entonces lo haré a mi modo, y si veo que te metes te olvidarás de tu hija y tu nieto. - Advirtió. El hombre sólo agachó la cabeza y dio por terminada la plática.
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Nadie le daba alguna noticia sobre la chica, tenía el corazón en la mano, se sentía culpable de haberla golpeado, ella vio con sus propios ojos cuando en su ropa se marcaba la sangre. Sus padres no sabían que ella habia ido donde la chica Montero. Su padre aceptó el dinero de Caroline, que si él no paga, toda su fortuna era para esa familia. Mientras caminaba por la parte delantera de la hacienda de su familia miraba que venía una camioneta, no fue tan lenta para no saber de quienes eran. Aproximadamente era casi medio día, los señores Monteros nunca venían a menos de que fueran invitados.

-Hola, buenas tarde Karla. - Comenta con tanto ímpetu Adrián.

-Hola querida. - Carolina fue y le dio un beso en amabas mejillas.

-Buenas tardes señores. - Respondió amablemente.

-¿Están tus padres?. - Al escuchar eso Karla se tensó.

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora