Ese mismo Caroline llegaba una hora antes del trabajo, antes de salir había hablado con el chef para que hiciera la cena para tres personas más. Las sirvientas se encargaron de colocar cada plato, cubierto, tenedor; no podía faltar las copas, todo estaba en orden. Por otro lado, Payton estaba aún en su habitación jugando mientras su alarma marcará las siete para salir a buscar a la rubia. Estaba tan entretenida que no escuchó a su madre entrar, el reflejo de Caroline se miraba en la pantalla de la PC.
—Quiero que dejes de jugar y hablemos. - Empieza a articular la mujer mayor.
—Es un juego en línea y no puedo pausar. – Contraataca Payton. Y a decir verdad, no quería hablar con su madre.
—Necesito que me pongas atención, deja el juego. – Súplica, pero sus clemencias eran inútil. Por lo visto su hija no le prestaba atención, y era de muy poca paciencia — Te estoy diciendo que dejes ese jodido juego. – De un golpe le dió a la PC haciendo que Payton reaccionara e hiciera la silla hacia atrás, desconcertada por la actitud de su madre dejo caer el control de la consola. Al ver cómo su madre solo la recriminaba a ella y no a sus hermanos, le dolió tanto. Era un monstruo, y un sentimiento que no fuera de amor, de respeto, se formó dentro de ella, era odio.
Payton se alejó de su madre negando con la cabeza, sacó de su cajonera dónde estaban las llaves de sus motos, la guardo en sus chandal.
—¿A dónde crees que vas? No hemos terminado. – Le grita Caroline.
—Pero yo si he terminado contigo. Que patética te ves haciendo tus estúpidos berrinches por saber que ya no tienes potestad en mí. – Payton avanzó y fue detenida por su madre.
—Vuelves a faltarme al respeto y verás de lo que soy capaz jovencita. – Payton solo se rió en su cara.
—Quiero ver eso. – De un jalón brusco se soltó del agarre.
—No vas a salir de aquí. – Dictaminó.
—¿Quieres ver qué si podré salir? - Solo se reía de su madre. Al llegar al Garage dónde estaban las motos, se fue directo a la Ducati Supersport negra, cogió dos cascos porque la seguridad primero, y más si involucraba a su rubia de porcelana.
Aún era muy temprano cuando salió, pero prefirió eso a qué su madre solo este jodiendo, no hubo ningún problema al salir, tal parece que Caroline no actuaría después de su escándalo. Pero a Payton le sudaba un huevo lo que hiciera su madre, ese enfrentamiento cambiaría demasiado en la vida de la chica.
Pasó a una pequeña tienda por cigarrillos y encendedor, era la primera vez que lo haría, solo esperaba no morir en el intento, cuando estuvo en un lugar sin tanta gente sacó un cigarrillo y lo encendió. Al dar la primera calada creyó que se ahogaría, pero todo lo contrario, parecía experta. Poco menos de cinco metros había una banca donde decidió ir a sentarte mientras que daban las siete. La puesta del sol era una majestuosidad, el cielo irradiaba de color naranja, la naturaleza se contagiaba de tan lindo goce. Estaba tan hermoso que le tomó una foto. Los minutos pasaron y con ellos cinco cigarros por un día, un mal hábito. Condujo a una velocidad moderada, su cabeza no daba a basto, mentalmente estaba cansada, todo esa carga de tener a su madre contenta se hizo más pesada. Estacionó cerca de la puerta principal para así salir más rápido. Esperaría a la rubia afuera mientras fumaba un sexto cigarrillo. Le mandó un mensaje confirmando que estaría en la entrada, no obtuvo respuesta. Al cabo de un rato Mía salía con un rostro cansado y agotado, pese a eso no pasó desapercibido por Montero.
—¿Por qué esa cara?. – Le tendió los brazos y Mía gustosa aceptó.
—Papá nos abandonó. – Soltó sin más. Al escuchar esas palabras, Payton tensó todo su cuerpo y le dio un sentimiento horrible.
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"No Pretendo Que Me Quieras"
РазноеNarra la vida de una chica con una riqueza inmensa, sus padres son dueños de algunos viñedos en algunos países donde el vino es preferible. Caroline es cerrada en el sentido amoroso, poco amigable, los únicos amigos que tiene son contados, le gusta...