XVII

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No quería mirarla, hacía todo por no voltear, y su orgullo era tanto que ignoraba todo lo que le decían de ella. La última que miró a Caroline a los ojos fue cuando ella cometió el error de llenarla de comida, le dió tanto miedo que no salía de la habitación, algunas veces escuchó a las sirvientas mientras arreglaban la recámara que salía a reuniones, una vez volvió al hospital, se le notaba mucho más seria de lo normal, pero no decía el porqué, le tornaba algo sospechoso porque a pesar de las circunstancias Líne mantenía una sonrisa.

El día estaba soleado, así que decidió ir cerca de la piscina y pasar el rato ahí, tenía días sin salir de la habitación. Iba en bikini negro, se le miraba muy sexy.
En su antebrazo llevaba una toalla, venía escaleras abajo y escucho el freno de golpe de un auto, al parecer la persona que venía estaba súper enfadada para aventar la puerta del pobre auto tan fuerte, las chicas del aseo de la casa salieron a la puerta y se vio como Líne venía hecha un furia, sus pisadas eran largas.

—Detente Caroline. _ Gritó su nana.

—Nana, por el amor de Dios, ahora no. _ Le alzó la vos, Karla llevó su mano a la boca, en el tiempo que estaba ahí viviendo Líne jamás le había gritado a su nana y a nadie.

—No me grites. _Exclamó la señora mayor. — Dime qué sucede.

—Sucede que tú estúpida hija me hizo llegar una orden de alejamiento, no puedo ver a mi hijo. — Lo gritó apretando los dientes, la piel de Montero era color canelita, ahora parecía un lápiz de color rojo.

—Tessa sería incapaz, sabe que tú moririas por Andy.

—Sabe dónde atacar la hija de puta. — Todos sabían que su jefa no se controlaba. — Habla con ella y que retire esa orden, me conoces nana y si tengo que ir a Miami a buscarla por los malditos cabellos iré.

—No te atreverías Caroline, sabes bien que está embarazada. _ el rostro de desespero por la mujer mayor no iba a interceder en nada.

—Eso debió pensar antes de andarme chingando las pelotas, si ya sabe cómo putas soy porque me anda castrando. Si el día de hoy esa orden no me es quitada, mañana mismo tendrás aquí a tu hija y no seré nada amable. _ Dio la espalda y emprendió su camino al segundo piso. — Todo depende de ti nana, puedes hacer que tu hija quede allá o venga y sea una más de las trabajadoras. _ Dijo por último aún dando la espalda, con un dedo advirtiendo. En las escaleras se topó con Karla el cual ni importancia le dió.

Karla llegó a dónde estaban todas. Cecilia, la nana de Caroline sabía que aquella mujer no tiene consideración de nadie, y si lo decía, lo cumplía.

—¿Qué sucedió aquí?. _ Fue de curiosa Pimentel.

—La señora está enfadada con mi hija, madre de Andy. _ Y Cecilia murmuró. “Tess que haz hecho mi amor, esa mujer es tan vil y quién sabe que te hará".

Karla se tensó, recordó el día que le aventó la comida, lo agresiva que fue su esposa. Fue ahí donde supo que no debía hacer enfadar a su mujer.

—Estoy segura que Caroline no le haría nada malo a tu hija mucho menos al bebé. — Comenta para darle seguridad a la mujer.

—Usted no conoce tan bien a la Señora como yo, puedo ser muy cruel, no importa género. _ Karla sólo le sonrió dándole esperanzas.

—Yo me encargaré de que a tu hija no le maltrate. _ Le menciona, ¿pero creen que será fácil?

—¿En verdad me ayudará señora?. _ La mujer estaba esperanzada con lo que le decía su otra señora.

—Tienes mi palabra. _ Le dio un abrazo.
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. Luego de la piscina y el alboroto de hace unas horas, Karla sabía que se metía en un problema más con aquella mujer, su mujer.  En el tiempo que estuvo en el agua comenzó a buscar ideas de como hacer para que Line dejara en paz a esa mujer, y que obviamente ninguno de los bebés salieran afectados.

La única idea fue tratar de seducir a Caroline de forma indirecta, sabía que esa mujer aún sentía cosas por ella y lo utilizaría a su favor. Se dio una ducha con agua tibia, y en su cajonera rebuscó hasta coger una tanga color negra y un brasier del mismo. Días atrás se dio cuenta que había una cámara oculta, así que pues esperaba con tanta ansias para que lo viera.

Así que fue a su cama y se acostó, con lo del embarazo comenzaba a tener repentinas ganas de tener sexo, su única idea era tocarse y hacer delirar a la otra persona que estaba del otro lado viendo, abrió las piernas y bajo la tela de la tanga empezó a tocarse. Pequeños gemidos salían de su garganta, a Caroline le gustaba el color negro en ella, así que lo agarra a su favor, poco a poco empezó a bajar la tanga, su vagina completamente depilada se miraba muy bien, rosita como le gustaban a Montero. Introdujo un dedo después de estar un poco lubricada, su otra mano estaba en su cuello, simulando a otra persona, la espalda se arqueaba para darle más intensidad al momento.

Caroline estaba arreglando algunos documentos en su ordenador, cuando la luz de las cámaras estaban parpadeando, pensó que era algo en el jardín, pasó por cada unas de las cámaras hasta que dió con su antigua habitación, lo que miró en ella. Su mujer tocándose, eso era excitante, estaba enojada y no le iba a venir para nada mal un poco de acción, siguió mirando el espectáculo, tenía en consideración que su pene despertaría, más cuando escuchaba los gemidos de una mujer excitada necesitada de ser dominada. Tan rápido como pudo metió su mano y dio masaje a su miembro.
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¿En qué acabará todo esto?
Tendrá poder sobre una Caroline desinteresada?

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora