IV "Madre E Hijo"

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Karla al momento de ver a su ahora esposa en el suelo se preocupó tanto, su puso de cuclillas para estar más cerca de ella, dio golpecitos en la mejilla de esta pero seguía sin reaccionar. Al momento que no reaccionó salió corriendo hasta encontrar al padre de Line.

-Es Caroline, no reacciona, está en el suelo y ya me angustie. - Su padre y hermano fueron a auxiliar la y Karla tras de ellos.

En el camino se quitó los tacones porque le era imposible correr, aún así el vestido le incomodaba al momento de correr, lo primero que haría era cambiarse cuando estuviera en la habitación. Pero cayó en cuenta, no tengo ropa aquí. Ya le daba igual, todo lo de ella es mio, y lo mio es de ella así que bueno, ya tengo ropa.

Entró a la habitación un poco agitada y Caroline ya hacía en la cama, su padre trataba de que reaccionara pero era inútil, estaba inconsciente. Mientras que ellos hacían que reaccionará, ella fue a cambiarse con un pans y una camiseta de Line, no le quedaba tan mal.
Los minutos pasaban, Line no despertaba, su padre se preocupo demasiado que mando a traer al doctor. Pará cuando éste estuvo presente comenzó hacer su trabajo, le colocó un poco de suero, entre otras cosas.
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-Doctor, ¿Cómo está mi hija?. -Preguntó Adrián demasiado preocupado.

-Mira Adrián, tu hija se desmayo por falta de alimentos, si bien les dije que cuidaran de ella en estos momentos tan cruciales para Line. Ella puede caer en depresión si sigue con esa actitud tan negativa. Necesitará cuidados y algo de comer cuando despierte, le coloque un suero para que recuperara algo de energía.

-¿Depresión porque Doctor?. - Preguntó Karla. El doctor miró a los padres de la chica pero en sus miradas se dio cuenta de que no le habían dicho.

-En algunas ocasiones cuando un hombre, bueno en este caso Line, recibe un golpe tan fuerte y sea sometida a una operación puede ser perturbador porque te quedas con ese miedo de perder algo de ti. - Contestó.

-Oh, gracias por aclarar mi duda. - Le sonrió.

-De nada. -Miró a Adrián. - Bueno, pasó a retirarme, cualquier cosa llámenme.
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Karla regresó a la habitación donde su esposa estaba durmiendo. Si bien, ella no quería a Line pero sabia que aquella chica que estaba frente de ella podria sacar un poco de ese amor que le tenía a Daniel. Miró con detalle cada parte del cuerpo de Line, la inspeccionó con tanta admiración. La forma en que dormía era parecida como a la de un ángel, sus labios entre abiertos la hacía más linda. Su cabello desordenado y ocultando de bajo de él la hermosura de su bello rostro era igual de lindo. Fue bajando lentamente, llegó hasta el abdomen y lo noto demasiado marcado, se re lamio los labios al notar que esta chica era perfecta, por su mente paso tocarla pero no era justo. Vago de nuevo pero en este caso llegó hasta la pelvis de la mujer, notó como el pene de la chica resaltaba sobre los sweatpans, estaba sudando en estos momentos, detalló demasiado, miró cuán grueso era y cuán largo también, a pesar de que estaba flacido se dio cuenta que erecto sería una bestialidad. No sabía si sentirse excitada o idiota. Sacudió de un lado a otro la cabeza y quitar esa imagicion suya. Ella jamás estaria íntimamente con Line, no por voluntad. Se acomodo al otro extremo de la cama para no estar tan cerca de su mujer. Tan pronto como su cuerpo sintió lo suave del colchón se durmió.
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A la mañana siguiente Line se levantó demasiado temprano, cuando digo demasiado eran las cinco de la madrugada. Miró a su lado y vio a aquella mujer que hizo su adolescencia un infierno y ahora su adultez miserable.
Pero en el fondo de su corazón sabía que la amaba tanto que ella nunca haría nada que la chica no quisiera, execto casarse. Era la única forma de tenerla, buscaría la forma de atarla y no iba a despreciar la oportunidad. Como pudo se levantó, se aseo durante media hora. Cuando estuvo en la cocina se preparo un par de Sandwiches, con algo de leche ya que no quería hacer tanto esfuerzo, fue al lobby para comer un poco ms cómoda, a esa hora pocos están despiertos. Dio su primera mordida y para este entonces sabía a gloria, no había probado nada alrededor de casi dos días. Al término de su predesayuno escucho unas pisadas por los escalones, miró y logró ver a su pequeño hijo.

"No Pretendo Que Me Quieras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora