"No one expected an angel to set the world on fire"
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La ciudad de Monde Land era mas famosa por tres cosas: la primera era que el 80% de su población consistía en viejos empresarios con dinero de sobra en busca de una casa vacacional en las bellas...
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31 - Secuelas II
Max
Pestañeo un par de veces, tratando de ajustarme a la luz de la habitación antes de darme cuenta que el techo que estoy viendo era mucho más oscuro y bajo que el de mi habitación.
Lo siguiente que mis ojos captaron son un par de irises mieles que me observan sonrientes.
—Hey.
—Hola. — murmuro al reconocer la figura de Oliver sentado a mi lado. No tardo en reconocer el lugar en donde me encuentro. —¿Qué hago en tu habitación?
La expresión cálida de Oli se derrumba casi instantáneamente, dando lugar a una cargada de dolor y culpa.
—¿Qué ocurrió? — pregunto sintiendo como una presión familiar se asentaba en mi pecho.
—¿No te acuerdas de nada?
Despego mis ojos de los suyos y dejo que mi mirada quede flotando en la nada mientras me sumerjo en la nube que era mi memoria.
De repente, una imagen explota frente a mí como una granada. Unas manos demasiado similares a las mias, con la única diferencia de que estas estaban tintadas de negro, se encontraban agarrando unos brazos debiles. Mi mirada sube un poco más, solamente para encontrarme con un par de ojos verdes completamente rotos.
—Ivy... — exhalo. Mis ojos me pican por la cantidad de lágrimas que se acumularon en ellos y se negaban a salir.
A pesar de que mi mirada sigue perdida en la nada misma, puedo escuchar como la puerta se abre.
—Estás despierta...
Puedo ver por mi periferia que Luke ha entrado, sin embargo no quito mis ojos de los de Oliver.
—¿A dónde esta? ¿Ella está bien? — pregunto con un apuro inquietante.
—¿Le dijiste? — Luke cuestionó un tanto incrédulo.
—No, ella se acordó. — responde Oli, su mirada igual de rota e inundada de pena.
Siento como la mirada sorprendida del rubio se posa en mi, así que le devuelvo la mía. Sus irises se movían a penas a través de mi cara, como si estuviera pensando o calculando algo en su mente.
—¿A dónde está Ivy? — vuelvo a preguntar, esta vez con menos paciencia que antes.
—No está aquí. — responde Luke cortante.
—No me digas. — utilizo un tono sarcástico. No esperaba que Ivy se encontrara en esta casa cuando ella no conoce a nadie de aquí.
Mis ojos se turnan entre los dos chicos que se encontraban frente a mi, observando como ninguno parecía querer brindarme una respuesta útil. Decido fijar mi mirada en Oliver, teniendo esperanzas que mi amigo iba a poder calmar mi intranquilidad.
