Capítulo 40

31 5 2
                                    

40 - Días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

40 - Días

Detestaba estar siguiendo a Oliver a todos lados como un cachorro perdido, pero la verdad era que no me sentía a salvo en ningún otro lugar.

Anoche, luego de que salí corriendo de la casa de Luke, llegue a mi casa. Otro de los lugares donde había escapado. Me colé por la ventana y dormí en mi cama antes sin que nadie se enterase. Luego me levante antes que el sol, empaque un pequeño bolso e hice mi camino a la biblioteca. Sabía que Oliver tenía el primer turno hoy, así que lo esperé sentada en la vereda hasta que luego de una hora y media, apareció en su auto.

Su rostro estaba bañado de preocupación, y maldije mentalmente la incapacidad de mi amigo de poder disimular sus emociones. Simplemente le respondí que me había peleado con mi padre, lo cual era cierto; pero definitivamente no era la razón de mis ojos hinchados y rojos, ni la palidez de mi piel, o el cansancio de mi mente.

En el fondo, podía sentir que Oliver no me creía del todo, pero optó por no preguntar más. Me dejó entrar en la biblioteca, me preparó un café caliente y me ofreció uno de los sofás para que descansara un poco. Por más que no estuviéramos en una conversación, podía notar los ojos de Oliver sobre mi cada momento disponible que tenía. Seguramente le picaban las manos y la lengua con las ganas de preguntarme que me pasaba realmente; pero no lo hacía.

Y yo me moría por contarle, pero tampoco lo hacía. Por qué no lo tengo demasiado claro aún. Quizás porque hay una parte en mí, una pequeña voz irritante que me susurra que quizás Oli sabe o ha escuchado el plan de sus amigos de querer acabar con mi vida, y no me ha dicho nada, o peor, los ha ayudado. Después de todo, Oliver es mi única conexión con aquel grupo.

Aunque en el fondo sabía - o quizás deseaba- que Oliver jamás me traicionaría de aquella forma tan despectiva y cruel, la duda seguía danzando sobre mi mente, pinchando mi corazón con cada pequeña pirueta. Entonces preferí no tocar el tema por completo.

Cuando terminó su turno, a eso de las cuatro de la tarde, lo acompañe hasta su casa. Oliver me seguía observando con ojos cautelosos y preocupados. Me propuso que vayamos al baldío para practicar mis poderes, quizás por en un intento de distracción, o en un intento de querer que circule aquella fuente de vitalidad por mis venas para mejorar con mi aspecto deplorable.

—¿Te has olvidado de algo? — pregunto al ver que Oli no se movía de su patio delantero.

El sol nos pegaba fuertemente en la cara, haciendo que ambos tengamos que entrecerrar los ojos para ver.  —No, estamos esperando al resto.

Sentí que mi sangre frenó su recorrido por mis venas, congelándose en su lugar ante aquel nuevo anuncio. Había logrado evitar a todos los miembros de la casa durante mi tiempo aquí, no quería ni estaba lista para enfrentarme con ninguno de ellos.

—Odio el verano. — la primera que sale por la puerta es Sienna. Detrás de ella, aparece Carson y Kaz.

—Tú odias todo. — le responde la pelinegra, colocándose unos lentes de sol.

Beyond The RuinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora