19 - Lágrimas bajo la lluvia
Mi estómago comenzó a rugir más temprano de lo que debería. Eran recién las seis de la tarde, y la cena no iba a estar lista hasta dentro de unas horas. Había intentado llenar aquel agujero negro interminable con snacks, gaseosas y hasta un sándwich entero; pero aún seguía demandado más comida.
Así que emprendo otro viaje más a la cocina, pero esta vez me llevo la sorpresa de encontrarme con Kevin llevando un delantal; aquella imagen me recordaba a la primera vez que lo vi.
Él parecía estar muy ocupado con una receta como para notar mi presencia; moviéndose con agilidad de un lado para el otro y murmurando cosas en lo bajo.
Decido comer mi paquete de frituras sentada en una banca de la isla de la cocina.
—Max, querida ¿me dices la hora? — suelta de repente, sus ojos verdes fijos en el libro frente a él.
—Las 17 y 56 para ser exactos.
—Diablos. — exhala, pellizcándose el puente de la nariz. — ¿Dónde está tu padre? — pregunta más para él mismo que para mí.
El continúa mezclando lo que sea que está en el tazón y chequeando el horno. Se podía notar a millas que estaba estresando, probablemente por la ausencia de Patrick.
—¿Ocurre algo? — decido preguntar.
—Ivy me ha pedido que la busque por la iglesia, así no tiene que venir caminando bajo la lluvia... — me cuenta y mira por la ventana. El viento feroz azotaba las gotas que caían brutalmente. Hacía mucho que no llovía de esta forma. — Y no puedo ir a buscarla porque esta estúpida receta me va a hacer perder la cabeza.
Las ganas de querer ayudar aparecen, así que contemplo mis opciones. Podía quedarme a cocinar yo, pero debido a mi escasa experiencia en la cocina y viendo que se trata de un plato de gran dificultad, decido que esa no es la mejor opción.
—Si quieres puedo ir a buscarla yo. — Los ojos de Kevin se disparan hacia arriba con un brillo lleno de esperanza.
—¿Sabes manejar? — asiento. —¡Perfecto! Sabes, te íbamos a comprar un auto, pero Pat dijo que probablemente tú no sabías manejar...
El hombre frete a mí se ríe ligeramente ante aquella pequeña anécdota mientras yo resisto las ganas de querer rodar los ojos.
—Las llaves de mi auto están en la mesa de la entrada. — me sonríe y señala hacia aquella dirección. Su postura ha cambiado notablemente a una más liviana y relajada.
Hago mi camino hacia donde me señalo y tomo las llaves. La camioneta negra estaba estacionada en la entrada en todo su resplandor lujoso.
La palabra Jeep del volante es tan brillante que siento que tengo que cubrirme los ojos. Esto era tan diferente a la camioneta vieja y oxidada que tenía Oliver en Rex; aquel pedazo de chatarra era el donde aprendí a manejar.
ESTÁS LEYENDO
Beyond The Ruins
Fantasy"No one expected an angel to set the world on fire" - La ciudad de Monde Land era mas famosa por tres cosas: la primera era que el 80% de su población consistía en viejos empresarios con dinero de sobra en busca de una casa vacacional en las bellas...