Capítulo 30

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30 - Secuelas

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30 - Secuelas

Mi cabeza entera siente dolor.

Y a pesar de que tengo los ojos cerrados, puedo sentir cómo el mundo gira a toda velocidad a mi alrededor.

Me pica el cuerpo.

¿Qué ha pasado?

Mis pestañas se separan lentamente solo para revelar unas cuantas ramas que mis ojos no podían enfocar bien.

¿En dónde estoy?

Intento levantarme, pero no puedo. Intento -aunque sea- apoyarme sobre mis codos, sin embargo mi cuerpo no responde a las órdenes de mi cerebro mareado.

Mis manos se cierran en un débil puño a mis costados y escucho el sonido de hojas quebrándose entre mis dedos. Dejo que mi cabeza caiga hacia mi derecha para darme cuenta que estaba acostada en el suelo.

Dirijo mi enfoque un poco más allá de mis extremidades y puedo distinguir una cantidad inmensa de troncos, desapareciendo entre la neblina.

¿Un bosque?

Mientras mis ojos continúan escaneando mi alrededor desde mi posición en la tierra, comienzo a darme cuenta de la familiaridad de mi entorno.

El gusto a deja vú comienza a asentarse en lo más profundo de mi lengua, sacándola por completo. Sentía que ya había estado aquí, pero al mismo tiempo lo veía como un recuerdo borroso.

—Max.

No.

Aquel llamado de mi nombre había refrescado mi memoria pero de la peor forma posible. Ya había pasado por esto, en un sueño; o eso creo.

Mi pecho comienza a subir y bajar con violencia, el aire seco del bosque de repente comienza a correr denso por mi garganta. Mis ojos se cierran casi por sí solos, deshabilitando mi capacidad visual con la esperanza de poder incrementar mi audición.

—¿Max? — La voz de repente vestía algo diferente, algo que casi sonaba como preocupación.

El junte de tierra y hojas secas que yacían en las fronteras de mi cuerpo débil, comenzaron a revolotear, queriendo tomar vuelo ante un viento frío que cada vez se hacía más presente, al igual que la voz.

No sabía si la voz tenía cuerpo, o si era algo que solo viajaba con el aire. Quizás no era ninguna de esas opciones, quizás solamente venía de mi cabeza. Pero para ser sincera, tampoco quería averiguarlo.

Mis ojos se cierran con aún más fuerza al sentir una presencia a mi lado izquierdo. El viento era mucho mas intenso que antes, casi enterrándome en las hojas.

—No eres como ellos...

La voz está tan cerca, que casi la escucho igual de claro y fuerte que las palpitaciones de mi corazón.

Beyond The RuinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora