Capítulo 34

51 8 4
                                    

34 - Un poco frustrada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

34 - Un poco frustrada

Las grietas del techo de Oliver se estaban volviendo particularmente aburridas. Ya llevaba observándolas por más tiempo del que me gustaría admitir en un absurdo intento de querer distraer mi mente de los golpes contra la pared.

El reloj marcaba aproximadamente las tres de la mañana, y podía decir con seguridad que los golpes empezaron hace un poco más de cuarenta minutos.

Oliver era un roncador aficionado y estruendoso, pero ni siquiera el hecho de tenerlo durmiendo junto a mi lado ahogaba aquel tortuoso sonido.

Y aquella ni siquiera era la peor parte. El molesto y confuso sentimiento en la base de mi estómago era lo peor. Me hacía clavarme las uñas en mis palmas y apretar los dientes con fuerza. Era un sentimiento muy similar a los celos o a la envidia, pero creanme que eso no era.

Estaba segura de que no quería ser Sienna en este momento, apretando las sábanas en mis puños, doblando los dedos de mis pies en placer mientras gritaba mil profanidades acompañadas con el nombre de cierto rubio que no paraba de atormentar mi mente.

Si, estaba segura de que eso era lo que no quería.

Justo en el instante que mis rodillas se rozan entre sí, escucho como ambos rubios ríen en la habitación de al lado. Por un momento pensé que se reían de mí, pero luego me di cuenta que era imposible porque no podían verme.

Luego de eso volvió a reinar el silencio, aunque tardé en darme cuenta porque mi mente seguía siendo ruidosa reproduciendo los últimos treinta minutos, porque asi le gusta torturarme a mi cerebro.

Luego de eso volvió a reinar el silencio, aunque tardé en darme cuenta porque mi mente seguía siendo ruidosa reproduciendo los últimos treinta minutos, porque asi le gusta torturarme a mi cerebro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Buenos días. — anuncia Carson entrando a la cocina.

Esta mañana, Kaz entró a la habitación de Oliver y me despertó, anunciándome que Dominic no estaba y que bajara a desayunar con ella.

La pelinegra aun me intimidaba. Había descubierto que era una persona de pocas palabras, pero no parecía la típica persona tímida. Su presencia era imponente y las veces que hablaba lo hacía de forma clara y demandante. Sin embargo, podía notar que sus intenciones eran buenas, al menos por ahora.

Beyond The RuinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora