The Boyz One Shots

Eric

—¿Por qué no quieres que conozca a tus padres? —Pregunto Eric sentado frente a ti, suspiraste pensando en que decir. Tarde o temprano debías decirle la verdad pero no estabas lista, no querías perderlo.

—No es importante, ya habrá tiempo para eso además no creo que regresen pronto ¿Quién sabe? Seguro nos graduamos y ellos no habrán vuelto —Dijiste rápidamente, se creo un silencio entre los dos, él salto de repente haciendo que lo miraras confundida— ¿Qué hiciste o planeas hacer, pequeño demonio?.

—¿Lo dices porque soy travieso? ¿O porque literalmente sea casi un demonio? —Te miro divertido, negaste lanzando un cojín en su dirección.

—Eres muy travieso.

—Pero soy mayor que tu, la pequeña eres tu —Te saco la lengua— Ya vuelvo.

Se supone que habían ido a la casa de Eric para estudiar pero fue lo menos que hicieron, estuvieron jugando, viendo películas. Eric regreso con un objeto envuelto en papel de regalo y te lo dio sonriendo, rompiste el envoltorio y te encontraste con un álbum de fotos vacío, lo miraste buscando una explicación.

—Lo llenaremos de fotos, de nosotros dos. De todo lo que hemos vivido juntos y viviremos —Bajaste la mirada, sintiendo tu pecho doler ¿Por qué tenía que ser tan difícil estar con él?— Hey ¿Todo bien? ¿Hice algo mal?.

—No quiero hacerlo, no quiero esto. Eric estoy segura de una cosa y es que te amo pero por favor, debemos ser realistas, esta relación no va a durar mucho. Tu eres un vampiro, no envejeceras pero yo si, no quiero que me veas envejecer, hay tantas cosas que no podemos hacer por eso. Ese álbum solo nos traería dolor, nos recordaría los buenos momentos y que no pudimos seguir juntos, las cosas que nos faltaron por vivir —Evitaste verlo, intentaste contener las lágrimas pero dolía— Lo siento.

—Ven aquí —Te acerco a ti apoyándote en su pecho, dando caricias en tu espalda en un intento de calmarte. Reíste internamente, si tus padres te vieran en ese momento. Se sentirían decepcionados de ti, serias una vergüenza para toda la familia. Se supone que te entrenaron para no ser débil, controlar tus emociones, no distraerte, no perder tu objetivo pero no eras de piedra, tenías derecho a ser feliz, a enamorarte sin tener que preocuparte por cazar a alguien porque si, eras una cazadora de vampiros, irónico ya que tu novio era uno. Tus padres te enviaron a Corea específicamente para matar a Eric y a sus hermanos, estabas dispuesta a seguir sus órdenes. Eso cambió cuando los conociste, te diste cuenta de que no eran ningún peligro, no sabías como decírselo a tus padres o como decirle a los chicos y a tu novio que fuiste enviada a matarlos— ¿Te sientes mejor?.

—Un poco —Se alejo para ver tu rostro, ver si aún llorabas y sonrió al ver que estabas más tranquila, notaste que sus ojos ahora tenían un color rojo y te sentiste mal otra vez— Eric.

—Dime.

—¿Te habías enamorado antes? —Preguntaste después de un rato, él negó con la cabeza— ¿De verdad?.

—No, eres mi primer amor —Lo tomaste del cuello de la camisa, acercandolo a ti para besarlo— ¿Y tu?.

—Eric, tengo diecisiete años, también eres mi primer amor —Rio dejando un corto beso en tus labios.

—Eso me hace muy feliz.

—¿Por qué? ¿Por qué de repente quieres terminar? —Preguntó intentando mantener la calma, estaba molesto y dolido, lo sabías por su expresión y ojos rojos.

—¡Ya lo sabes! ¡Es mejor terminar ahora! —Sin más que decir te diste la vuelta y te fuiste, dejando a Eric con el corazón roto. Tus padres sospechaban que algo pasaba, porque tardabas tanto en cumplir con tu misión, así que decidiste despistarlos, mentir diciéndoles que si habías hecho lo que se te ordeno y dándoles pruebas falsas pero debías volver con ellos, debías despedirte de Eric...