—Dile a Juyeon que te sientes mal, te aseguro que cuidara de ti —Reíste sarcástica al escuchar las palabras de tu amiga.
—Prefiero morir. Que se quede hablando con su amiguita.
—______, no seas ridícula, no es momento para celos.
—Iré yo, te aviso cuando llegue.
Fin de la llamada
No te sentías bien desde el día anterior, tomaste una pastilla sin embargo empeoraste, apenas podías respirar, tu nariz estaba roja, todo tu cuerpo dolía. Juyeon dijo que no te preocuparas, que él te cuidaría y estaría junto a ti, también si necesitabas algo pero varios amigos de los chicos llegaron a la casa y entre ellos estaba una chica que estuvo enamorada de él (Y él de ella) Sin embargo no pudieron estar juntos, Juyeon no se separo de ella, olvidándose de ti y de tu estado. No esperarías por él, irías a la farmacia y conseguirias tus medicinas sola, si morias en el camino sería su culpa.
Te pusiste algo decente porque no saldrías en pijama ¡Jamás! Aunque parecieras una muerta, salir en pijama nunca fue ni será una buena opción. Saliste de la habitación, al bajar te encontraste con Sangyeon, que salía de su oficina.
—Te ves terrible —Dijo con una mueca, suspiraste pensando en decir algún comentario sarcástico, no lo hiciste. Sangyeon estuvo de viaje con Kevin, Sunwoo y Younghoon por varias semanas, por tal razón no te había visto— Deberías estar descansando.
—Iré a la farmacia —Dijiste con voz ronca, el castaño frunció las cejas casi al instante.
—¿Donde esta Juyeon?.
—Esta con esa tal Hee... —No recordabas el nombre de la chica, tampoco querías hacer el esfuerzo de saberlo— Ni siquiera me acuerdo pero esta con ella.
—¿Quieres que vaya con él? ¿O que vaya a comprar lo que necesitas? —Preguntó amablemente, negaste con la cabeza justo después de estornudar.
—No tardaré pero gracias —Te dio una sonrisa, ambos siguieron con su camino en diferentes direcciones. Sangyeon al llegar al jardín buscaba con la vista al peliazul, un poco enojado.
—¿En donde está Juyeon? —Llamó la atención de todos, dejándolos confundidos por su expresión y tono de voz.
—Hace una hora dijo que debía salir a comprar unas cosas y que no tardaría —Respondió Jacob.
—Ese imbécil, ni siquiera se digno a decirle —Bufo Sangyeon en un susurro. Tu por otro lado al abrir la puerta de la casa te encontraste con tu novio, te dio una mirada confusa y tu rodaste los ojos.
—¿Por qué estas aquí? Deberías estar descansando —Dijo con preocupación.
—Voy a comprar mis medicinas, quítate de mi camino —Dijiste con molestia.
—No es necesario, fui a comprar todo —Levantó su brazo y como tenía una bolsa de farmacia. Bajaste la mirada, sentías tus mejillas hirviendo y diste gracias porque tus mejillas estuvieron así la mayoría del día. Él se acercó a ti confuso.
—Amor ¿Todo está bien? —Preguntó con preocupación, tomó tus brazos y casi entra en pánico al tocarte— __________, tienes muchísima fiebre. Ve a la habitación y esperame, buscaré un poco de agua y le pediré a Chanhee que te prepare una sopa.
No respondiste, hiciste lo que te dijo sin pensarlo mucho. Ahora te sentías peor, no paraste de insultarlo mentalmente todo el día, pensando que se olvidó de ti. Llegaste a la habitación, poco después llegó en con un vaso de agua y varias pastillas en su mano.
—¿Por qué no me dijiste que te sentías peor? Pude buscar esto más temprano —Susurro acariciando tu mejilla.
—Estabas muy ocupado, no quise molestarte.
—______, no importa que esté haciendo, si me necesitas correré hasta ti —Dijo con un tono dulce, quisiste rodar los ojos pero sonreíste— Voy a llenar la bañera, debemos bajar la fiebre.
Bebiste las pastillas con el agua, dejando el vaso en la mesa de noche, sentías un poco de frío y no querías entrar al agua pero bajaría la fiebre más rápido. Juyeon regresó luego unos minutos, con una leve sonrisa.
—Vamos nena —Tu ayudo con la ropa, sintió como temblabas por el frío y sintió una punzada en el pecho. Estabas por meter un pie pero gritaste y alejaste enseguida.
—Juyeon el agua esta helada, no puedo —Dijiste con la respiración agitada— No puedo.
—Sientes eso por la fiebre pero dentro de poco no la sentirás así —Lo miraste suplicante— Cariño, a mi tampoco me gusta esto pero te bajara la fiebre. Por favor, quiero que te recuperes rápido, odio verte en este estado. Hazlo por mi.
Lo hiciste, jadeando por el frío que sentías, empezaste a temblar cosa que tu novio noto. Comenzó a echar agua en tu cabeza, descansando cada cierto tiempo.
—Creo que me quedaré dormida —Le informaste, las caricias en tu cabello no ayudaban en nada y él lo supo desde un principio.
—Buscaré el termómetro —La fiebre desapareció, Juyeon sonrió, era un avance— Pronto te sentirás mejor, seré tu enfermero mientras estés así.
—Ju, no es necesario —Susurraste acostandote en tu cama, junto a él.
—Siempre me cuidas, yo también debo cuidar te ti. Si me necesitas, estaré siempre a tu lado ¿Si? —Dejo un beso en tu frente.
—Hace un rato no parecía —Gruñiste dándole sa saber que estabas celosa.
—Ni aunque estés enferma dejas los celos —Se burló.
—Juyeon... —Hablaste en tono de advertencia.
—Esta bien, esta bien ¿Sabes? Te ves tierna —Dijo con una sonrisa, lo miraste con el ceño fruncido.
—¡Estoy enferma Juyeon! ¡Los enfermos no se ven tiernos! —Le tiraste una almohada.
—Tu si —Dejo un beso en tu mejilla— Tu sopa ya debe estar lista, voy a buscarla.
—Gracias, Ju, por todo.
—Quiero que me devuelvas el favor, con muchos besos cuando mejores.
—Trato hecho.
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