Younghoon

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—______ ¿Vienes a almorzar?".

Younghoon pasó por delante de otros estudiantes que trataban de salir a almorzar para llegar a tu escritorio. Estabas desplomada sobre tu escritorio con las manos extendidas ante ti. Dejaste escapar un suspiro cuando le oíste tomar asiento frente a ti. Te acarició el pelo suavemente y te relajaste con su tacto. Se inclinó para intentar echarte un vistazo a la cara, pero lo cubriste al tenerlo apoyado en el escritorio.

—¿Fue otro mal examen?.

Sacudiste la cabeza.

—¿Podría ser que la tienda de la escuela se quedó sin tus bocadillos favoritos?..

Resoplaste y volviste a sacudir la cabeza.

—¿Entonces tus hermanos te robaron la comida? —De nuevo, negaste con la cabeza— ¿Es ese enamoramiento despistado tuyo?.

Hubo una pausa de silencio.

—¡Los chicos son estúpidos y confusos y no los entiendo! —Exclamaste, levantando por fin la cabeza para mirarle. Él soltó una risita al ver el ceño fruncido en tu cara y la forma en que cruzaste los brazos de forma airada.

—¿Qué ha hecho ahora?.

—¡Todo! —Levantaste las manos y gimiste. Luego, tus manos cayeron sobre tu escritorio mientras sacudías la cabeza y suspirabas. Apoyaste la barbilla en la palma de la mano y miraste por la ventana— Hace muchas cosas que me enfadan y me confunden más de lo que ya estoy.

—Bueno, cuéntame —Te instó Younghoon mientras sacaba su almuerzo sobre la mesa. Lo miraste y chasqueaste la lengua.

—Bien.

—Déjame decirte. Este chico —Agitaste la mano mientras lo veías sorber su almuerzo— Me envía señales contradictorias. Ya no sé qué hacer con esos sentimientos y ahora, además, tengo que descifrar todas sus crípticas acciones.

—Eso suena complicado y un montón de trabajo —Dijo a través de una cucharada de comida.

—Lo sé. Por eso estoy frustrada por todo este asunto.

—¿Qué tipo de cosas hace que te hace cuestionar?.

—Younghoon ¡Coquetea sin pensar que lo está haciendo! Quiero decir ¿Cómo puede no darse cuenta de que está coqueteando? ¡Y además, me compra comida todo el tiempo incluso cuando no se lo pido!.

—¿Eso es algo malo? —Levantó una ceja y te pasó tu bocadillo favorito. Tu cara se iluminó mientras le dabas las gracias— Habría pensado que te gustaba eso ya que te gusta tanto la comida. Huh, qué raro. Ah, y he comprado esto para ti. Era el último que salía de la máquina expendedora.

Rompiste el envoltorio y te metiste el bocadillo en la boca con rabia. Le hiciste un gesto de aprobación con el pulgar y él sonrió.

—Me envía mensajes de texto que pueden significar dos cosas dependiendo de cómo te lo tomes.

—Ah, eso me recuerda. ¿Viste mi mensaje de salir a cenar anoche? —Preguntó.

—Sí, pero estaba cuidando a los mocosos en casa. Lo siento.

—No te preocupes —Te dio un golpe en la mejilla y sonreíste.

—Tiene la costumbre de cuidarme como si me sintiera mal y él se diera cuenta, así que intenta animarme. Si me salto las comidas, él lo sabe y se asegura de que tenga comida en el estómago.

Sorbió su bebida mientras te veía agitar los brazos, intentando explicar lo enfadada que estabas por esto.

—Qué dulce —Younghoon murmuró mientras recogía la comida en su utensilio. Luego se volvió hacia ti y te hizo un gesto para que abrieras la boca— Toma, come. Métete algo de comida.

Hiciste un mohín, pero comiste sin rechistar. Él continuó dándote de comer mientras comía un poco también.

—Cuando tengo grandes noticias, él es el primero al que quiero contárselas. Cuando se lo cuento, reacciona de forma tan tierna que me hace estallar el corazón. Me da un gran abrazo de oso cuando está emocionado, especialmente cuando no nos vemos durante un tiempo. Me molesta y se burla de mí cuando no le presto suficiente atención. Me pasa el brazo por los hombros cuando tengo que enseñarle algo ¿Ves lo que quiero decir?.

—Vaya, sí que es despistado —Dijo después de coger lo último de su almuerzo compartido.

Le miraste fijamente.

—Sí, dímelo a mí —Pusiste los ojos en blanco.

—¿Por qué te gusta un chico como él? Es demasiado despistado para ti.

Te reíste.

—Yo también me lo pregunto, pero luego recuerdo todos sus puntos buenos y me enamoro de él una y otra vez.

—¿Cómo?.

—Como lo dulce que es con todos los que lo rodean. Cómo, a pesar de su apariencia, es en realidad un chico tímido que se avergüenza con mucha facilidad. Su bonita costumbre de juntar las manos cuando es tímido. Su sonrisa cuando me mira. Lo ajeno que es a su entorno, que a veces choca con las cosas y hace un puchero tan adorable después —Hiciste una pausa y sonreíste suavemente— Hay muchas cosas que puedo decir de él, pero no creo que todo el tiempo del mundo me alcance para hacerlo.

—Qué asco. Eso es demasiado cursi para mí —Se rió y le diste un manotazo en el brazo. Hiciste un mohín mientras él te acariciaba el pelo antes de que su mano bajara y te pellizcara la nariz— Estoy bromeando. Espero que les vaya bien.

—Sí, ya veremos —murmuraste mientras mirabas al mismo chico del que hablabas. Fuiste sacada de tus pensamientos cuando esa brillante sonrisa suya afloró.

—Sin embargo, te deseo suerte. Parece bastante difícil de superar —Te dio una palmada en la espalda. No pudiste evitar negar con la cabeza.

—La voy a necesitar si consigo que se dé cuenta de lo que está haciendo.

@serendipitykpop

The Boyz One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora