—Un poco más abajo, cariño, por favor —Juyeon tarareó, ladeando la cabeza mientras entrecerraba los ojos con dificultad, intentando abrirlos.
Te incorporaste de estar enterrada bajo las gruesas mantas y la mano seguía rascando la espalda desnuda de Juyeon. Te reíste al ver cómo reaccionaba a tus caricias después de haber conseguido rascar las partes de su piel que no podía alcanzar.
Con una sonrisa descarada, te arrodillaste detrás de su figura sentada, aplastando las suaves almohadas bajo tus pies mientras continuabas con tus acciones. Lentamente, tus dedos empezaron a subir juguetonamente por la espalda de Juyeon hasta llegar a sus hombros.
—Nena ¿qué...? ㅡSe cortó cuando tus dedos se detuvieron por encima de su pecho desnudo y lo tomaste en un abrazo aplastante desde atrás. Le diste besos a un lado de la cara mientras su mano sostenía suavemente la tuya que estaba enroscada en su pecho. La bonita risa de Juyeon te hizo reír aún más, y un chillido salió de tus labios cuando apoyó su peso en el trasero para empujarse hacia abajo sobre su espalda junto contigo.
En un rápido momento, se revolvió para darse la vuelta y apoyar las manos detrás de tu cabeza, con las caderas y las extremidades inferiores aún levantándose perezosamente del colchón.
—Estás siendo juguetona antes de tiempo ¿Verdad? —Juyeon sonrió mientras rodeaba su cintura con tus piernas para acercarse aún más a ti. Sólo pudiste reírte cuando se lanzó a morderte juguetonamente el cuello y a llenarte de besos mañaneros que siempre anhelas.
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