Kevin

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Te sentaste sola en tu casa del árbol que probablemente ha visto días mejores.

Tus dedos tecleaban en tu teléfono sin pensar, el viento entraba por la ventana, haciéndote sentir el olor a humedad.

Tus ojos se movieron hacia arriba, posándose en una pared llena de tiras de película de fotomatón. Se detuvieron en unos cuantos juegos de fotos, en particular, tus mejillas se calentaron ligeramente. Tenías los brazos fuertemente abrazados a un chico, tus ojos se cerraban en media luna y tus labios sostenían una gran sonrisa. A tu lado, el chico tenía una sonrisa ladeada, sus gafas estaban ligeramente inclinadas por tu cabeza contra ellas. Sus ojos estaban curvados en medias lunas, pero eran mucho más bonitos. Su mano en forma de V junto a sus mejillas ligeramente regordetas.

Oíste que alguien te llamaba por tu nombre, asomándote hiciste contacto visual con un par muy familiar.

Llevaba la misma sonrisa ladeada, sus gafas hacía tiempo que habían desaparecido y su pelo era largo y descansaba con gracia sobre su frente.

Le devolviste la sonrisa y bajaste la escalera de cuerda para él, intentando controlar tu cara roja y tu corazón palpitante. Exhalaste rápidamente, intentando recordar otras técnicas para ralentizar tu respiración.

Kevin apareció por la puerta desde el suelo de tu casa del árbol e hizo una mueca.

—Todavía huele a humedad.

Lo fulminaste con la mirada y lo ayudaste a subir la escalera, tus labios formaron un puchero involuntario.

—Escucha Moon, puedo empujarte fuera ahora mismo —Respondió con una carcajada y se levantó, empolvándose las manos en los vaqueros— Es un olor muy reconfortante.

Pusiste los ojos en blanco y volviste a tu sitio cerca de la ventana, temblando de nuevo por el viento frío.

Él se sentó a tu lado, deteniéndose a mirar el exterior.

—Así que va a llover —Dijo mientras admiraba las nubes grises.

Cerró las cortinas lilas y se sentó a tu lado, apretando su cuerpo contra el tuyo.

Sentiste que te ponías roja y que los latidos de su corazón se aceleraban, a pesar de haberlo calmado antes.

—Hace frío.

Sus dedos ahora en su teléfono, trayendo el silencio a la casa del árbol de nuevo. Tarareó y miró hacia ti, sus ojos se encontraron con los tuyos.

—Oye _______ ¿Qué opinas de la lluvia?.

Levantaste una ceja y parpadeaste hacia él.

—Esa es una pregunta extraña, supongo que creo que es agradable.

Kevin respondió con un zumbido y bajó la mirada, siguió en silencio.

Lo miraste fijamente y se sentó, cruzando los brazos delante del pecho.

En los pocos segundos que tuviste antes de abrir la boca, lo admiraste.

Su pelo negro descansaba de forma principesca sobre su frente, su labio inferior estaba entre sus dientes y sus ojos marrones oscuros miraban su teléfono.

–¿Por qué lo preguntas? —Preguntaste, con el corazón acelerado al ver que sus ojos se fijaban en los tuyos.

Él esbozó su famosa sonrisa ladeada antes de responder.

—Bueno, sólo tenía curiosidad — hizo una pausa y dejó que sus ojos se dirigieran a tus labios— Solo... Me lo preguntaba.

Kevin Moon es tu mejor amigo Pensaste, con los ojos bajos.

Sentiste el crujido de la tabla del suelo y levantaste la vista, abriendo los ojos al ver lo cerca que estaba Kevin de ti.

Su nariz ahora se apretaba contra la tuya, sus ojos miraban fijamente los tuyos.

—Estás muy roja —Parpadeaste, tratando de pensar en algo que decir, todo lo que pasó por tu mente fueron los recuerdos que tú y Kevin tenían, ya sea desde el octavo grado cuando te hizo cosquillas hasta que lloraste, o en el décimo grado cuando te pinchó en los costados hasta que le diste un puñetazo en el estómago, o incluso en el sexto grado cuando hiciste una fiesta sorpresa para él y gritó cuando las luces se apagaron. Todo eso no parecía importar ya que él se acercaba y susurraba con voz suave— Es lindo.

Apretó sus labios contra los tuyos durante unos segundos antes de retirarse y ocultar su rostro. Te tocaste los labios y miraste al suelo, tus ojos buscaban algo en lo que concentrarse.

—Ke... —Empezaste y de repente te cortó Kevin, que balbuceó.

—Es que estabas muy guapa y tenías un poco de lluvia en el pelo, lo que te hacía parecer mil veces más guapa, pero tú eres guapa todos los días y llevo queriendo besarte desde que teníamos como trece años y siento haberlo hecho sin avisar —Siguió parloteando y mirando al suelo. Te sonrojaste de nuevo y bajaste la mirada.

—Está bien —Usando todo el coraje que tenías continuaste— Me gusto.

Sus ojos te miraron y sus mejillas estaban rojas, algunos de sus largos cabellos cayendo en sus ojos.

—¿Hablas en serio? —Te arrastraste para sentarte frente a él, apartando su pelo de los ojos con tus dedos.

—Me gustó, mucho —Su sonrisa ladeada volvió y parpadeó de la manera más suave posible,

—Woah —Respiró. Su mano se puso encima de la tuya que habías apoyado en su mejilla. Sonreíste y te inclinaste para besar su labio inferior de nuevo.

—Eres tan tierno, Moon.

—Tú eres mucho más tierna, __________. 

The Boyz One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora