The Boyz One Shots

Sunwoo 💋

Sunwoo ayudó a tu padre a asar las hamburguesas mientras tú ayudabas a tu madre a llenar la nevera con bebidas. Echaste un vistazo a tu novio, que charlaba con tu padre y se te encogió el corazón al ver que ambos tenían una relación tan buena. Tu familia había aceptado a Sunwoo con los brazos abiertos y no podías estar más contenta. Estaba tan unido a tus padres que era bienvenido en tu casa en cualquier momento, de ahí que viniera a cenar esta noche.

Ahora estabas en el borde de la piscina, mirando hacia fuera y admirando cómo el sol se reflejaba en el agua de una manera tan deslumbrante. Los brazos de Sunwoo te rodearon por detrás y apoyaron su barbilla en tu hombro. Te besó la mejilla mientras disfrutabais juntos de la vista. La repentina muestra de afecto te hizo saltar.

—Mis padres están mirando.

Volvió a besar tu mejilla.

—¿Y qué? —Se burló.

Antes de que pudiera dar otro beso, te giraste en sus brazos para mirarle.

—Para. Podrían decir algo.

Estar tan cerca de él delante de tus padres te hacía sentir tímida; tus mejillas estaban calientes y se te revolvía el estómago. Los habían visto antes agarrados de la mano y acurrucados en el sofá mientras veían una película, pero nunca abrazados y besándose así. Era obvio que Sunwoo se había sentido cómodo con tus padres, que era lo que querías, pero quizás se había sentido demasiado cómodo.

—Oh, vamos... Es un inocente beso en la mejilla —Se quejó.

Era tan lindo cuando se quejaba. Te encantaba la forma en que sus cejas se fruncían, sus ojos se entrecerraban y su labio inferior se asomaba cuando hablaba. Era vergonzoso el efecto que tenía sobre ti, prácticamente harías cualquier cosa por él. Lo peor era que él lo sabía. Sabía cómo meterse en tu piel y fundirte en la palma de su mano para conseguir lo que quisiera.

Sus labios se convirtieron en una sonrisa y sus ojos se volvieron oscuros antes de acercarte para abrazarte de manera que su voz estuviera justo en tu oído.

—Podríamos escabullirnos y podría darte más besos, pero no puedo prometer que sean tan inocentes.

No sólo te ardían las mejillas, sino que ahora todo tu cuerpo estaba ante una afirmación tan atrevida ¿Cómo podía decir algo así con tus padres tan cerca? Lo empujaste y te burlaste con incredulidad. Él volvió a tropezar con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Mis padres se van a enterar —Advertiste.

Él se encogió de hombros.

—No, si volvemos en diez minutos no lo sabrán.

Tus dientes se acercaron a tu labio inferior. La idea era tentadora... Él era tentador. Sin embargo, el riesgo y la incertidumbre te hacían dudar en aceptar la oferta. La forma en que te miraba con ojos tan lujuriosos hacía que la tentación corriera por tus venas y no podías esperar ni un momento más para saltarle encima. Le señalaste con un dedo severo.

—Diez minutos y ya está.

—Pondré un cronómetro.

Caminaron despreocupadamente junto a tu padre en la parrilla y tu madre descansando en una silla con la cara enterrada en un libro hacia el lugar más cercano con una puerta y una cerradura: la casa de fuera. Sunwoo te siguió de cerca hasta que los dos quedaron encerrados en el baño. Una vez dentro, cerró la puerta con llave y, al mismo tiempo, te golpeó la espalda contra ella. Sus labios afelpados aplastaron los tuyos en un acalorado beso.