Chanhee 💋

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Era como un sueño febril. La visión se te nubló con las lágrimas y el sudor que te pegaba el pelo a la cara mientras apretabas inconscientemente la mandíbula, los labios de Chanhee besando tu cuello mientras se reía, el sonido te daba ganas de llorar, su mano colándose por tu falda, los dedos jugando con tus bragas antes de apartarla.

-No te detengas ahora, princesa, sigue haciendo tus deberes -Apoyó su cabeza en tu hombro, mirándote con la mirada más cariñosa, haciéndose el inocente como siempre. Te mordiste el labio inferior mientras él usaba su otra mano para tirar de los cordones de tu blusa de encaje, una sonrisa burlona jugando en sus labios cuando cerraste tus dedos alrededor de su muñeca, quitándote la mano de encima, mirando a su alrededor sólo para ver a las pocas personas que había allí ocupándose de sus propios asuntos- ¿No deberíamos quitárnosla? Estás un poco caliente.

-Chanhee, estamos en la biblioteca -Apretó los dientes, su sonrisa crecía con cada palabra.

-Lo sé. El lugar adecuado para estudiar ¿No? -Susurró él, pasando sus dedos arriba y abajo, la punta de sus dedos mojada con tus jugos, dando vueltas alrededor de tu clítoris mientras intentaba no mover demasiado su brazo- Por eso estoy estudiando... El cuerpo humano.

- Voy a matarte -Tu voz era demasiado débil para sonar como una amenaza, las piernas se cerraron y los ojos se abrieron de par en par por la sorpresa cuando introdujo dos dedos en tu interior sin previo aviso.

Besó tu mandíbula, con la voz baja mientras mordisqueaba la piel. Metió los dedos con fuerza y lentitud dentro de ti, curvando los dedos cada vez que te metía los nudillos. Tu corazón casi estalla por la excitación, la adrenalina corriendo por tus venas cuando él vuelve a jugar con los hilos de tu blusa, aflojándola mientras tira de ella con dos dedos, tus tetas casi quedando al descubierto.

-Me encanta que no lleves sujetador -Besa tus clavículas, dejando mordiscos en tu piel. Tus dedos tiraron instintivamente de su pelo, un siseo salió de sus labios al apartarse- Relájate princesa, nadie está mirando. Y sé que te encanta hacer esto en público.

Volvió tu cara, los labios se pegaron a los tuyos en un beso febril. Es imposible que la gente no oiga los ruidos húmedos que provienen de debajo de la mesa ni vea cómo te agarras a su brazo, tirando de él un poco más cerca mientras utiliza su propio muslo para abrirte las piernas una vez más, el coño expuesto a quien se le haya caído algo o haya intentado asomarse por debajo de la mesa, tus uñas rozando la mesa de madera mientras intentabas no mover las caderas incluso cuando sentías que el calor familiar se apoderaba de tu cuerpo, bajando la cabeza y exhalando cuando Chanhee volvió a reírse- ¿Estás cerca?

Apenas pudiste asentir con la cabeza antes de agarrar su muñeca, tratando de mantenerla quieta mientras tu orgasmo te invadía, los muslos cerrándose alrededor de su mano mientras tus rodillas se doblaban, su pulgar rodeando tu clítoris haciendo que tus caderas se sacudieron.

-Shhhh princesa -Chanhee te apartó el pelo de la cara, empujando tus piernas para poder mover su mano, los dedos sobreestimulándote una vez más sólo para ver tus reacciones, una sonrisa adornando su cara- Eres muy bonita.

Besó tu mejilla, usando tu propio muslo para limpiar sus dedos, acariciando tu coño cuando arregló tu ropa, apretando tus muslos mientras besaba tu cuello de nuevo, inclinando tu cabeza para tener un mejor acceso.

-No quería correrme -Susurraste, frunciendo las cejas cuando te ignoró- Estoy hablando contigo.

-Eres tan desagradecida. Estoy tan jodidamente duro ahora mismo, no tienes ni idea, y aquí estás quejándote -Gimió contra tu cuello, con los dedos recorriendo tu piel, abriéndose camino hasta tus tetas, dándole un apretón a la carne, mordiéndose los labios mientras levantaba la vista de nuevo- Vamos a casa.

Te picoteó los labios, el pulgar rozando tu pezón cubierto, te sentiste tan impotente cuando sus manos bajaron, tocando tu cintura, acercándote un poco más mientras una promesa era susurrada en tu oído.

-Te prometo que te haré sentir muy bien si me dejas llevarte a casa ahora -Permaneciste en silencio, el cuerpo se calentaba con la forma en que Chanhee te miraba. Sonrió con satisfacción cuando le tocaste la pierna por debajo de la mesa, con los dedos demasiado cerca de su erección para ser un toque inocente- Recoge tus cosas, princesa.

 Sonrió con satisfacción cuando le tocaste la pierna por debajo de la mesa, con los dedos demasiado cerca de su erección para ser un toque inocente- Recoge tus cosas, princesa

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