Charmolipi 📀 [LGBTQ+]

63 | cecile

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La pelinegra bajó de su habitación vistiendo una camiseta larga de color gris con el logo de la empresa en donde su padre trabajaba, unos shorts rosados con corazones blancos y unas pantuflas blancas.

Caminó hasta la cocina para tomar un vaso de jugo de naranja, pero se topó de frente contra su madre que vestía elegantemente mientras daba órdenes a las sirvientas.

Cécile no pudo evitar fruncir el ceño y hacer una mueca de desagrado.

¿Como podía estar tan arreglada un domingo a las 10:00am?

Fue cuando lo recordó, y entonces su mueca de desagrado se incrementó.

Hoy su hermana Beth vendría de visita junto con su prometido.

No odiaba a su hermana, solamente...no la soportaba.

Y la hacía perder los nervios que todas las personas siempre hablaran sobre lo agradable que era Beth, cuando en realidad era insufrible, siempre la molestaba de forma pasivo agresiva, diciéndole cosas insignificantes que Cécile pasaba por alto durante horas o a veces por días. Y cuando finalmente explotaba, la regañada era ella.

Estuvo tan feliz cuando Beth se fue de casa hace dos años.

-¡Cécile!-llamó su madre sin dejar de arrugar la frente.

-¿Si?

-¿Por qué rayos no estás arreglada? ¡Tu hermana llega a las 12:00!

-Relájate mamá, no es la reina...-murmuró en voz baja mientras caminaba al refrigerador.

-No la hemos visto en días...

-Ojalá fueran meses.-susurró para sí misma, sirviéndose un poco de jugo.

-Compré las cosas para que le hicieras ese postre que tanto le gusta.-dijo su madre sonriente.

Cécile se permitió rodar los ojos ya que le daba la espalda a su madre.

-¿Por qué iba a hacerlo?-preguntó en voz baja, fingiendo amabilidad.

-Por que es su favorito.-respondió obvia.

¿Y eso que demonios tiene que ver conmigo? Pensó.

-Perdona mamá, pero no tengo tiempo...tengo tarea que hacer.-mintió.

-De acuerdo...solo creí que sería agradable que hicieras algo lindo por ella.

Ya...¿y porqué no la obligas a ella a hacer algo lindo por mi?

-Perdón, ahora no puedo.-murmuró, saliendo rápidamente de la cocina, esquivando a las dos sirvientas que preparaban la  comida favorita de Beth.

Se preguntaba porque su mamá siempre había preferido a Beth.

Ella decía que no tenía favoritos, pero Cécile lo dudaba en realidad.