Charmolipi 📀 [LGBTQ+]

25 | alexis

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Caminó hacia la cocina sin importarle en lo más mínimo dejar un rastro de agua detrás suyo, abrió el refrigerador y sacó la jarra de cristal llena de jugo de naranja.

-Hola Ale.-murmuró una voz dulce, haciéndolo saltar en su lugar, casi tirando la jarra.

-Hola señora Demaury.-murmuró después de soltar un suspiro.-No sabía que estaba aquí.

-Si, tú madre quiso cambiar su atuendo, no era el adecuado para jugar tenis.-explicó, acercándose a la isla de la cocina para tomar una ciruela.

-¿Irán al club?-preguntó incómodo, mientras se servía un poco de jugo en su vaso.

-Si.-respondió.

No sabía porque, pero la mujer lo hacía sentir terriblemente nervioso todo el tiempo, tal vez fuera la forma en la que lo veía, lo repasaba una y otra vez de arriba a abajo con una mirada demasiado pesada y profunda.

Justo como en ese momento.

-Has estado haciendo ejercicio.-murmuró la mayor, acercándose más hacia él, con la mirada fija en su abdomen algo marcado.

-Uhh..si, si...por el hockey.-respondió nervioso, con la mano temblándole ligeramente por la cercanía de la mujer.

-Si, creo que tu madre mencionó eso una vez, ¿en que posición juegas?-preguntó tocando ligeramente el brazo desnudó del rubio, con un tono de voz diferente.

Alexis rezó mentalmente para que eso no fuera doble sentido.

-Y-y-yo...soy Ala derecha.-respondió, dejando bruscamente la jarra sobre la superficie de mármol.

-Oh cariño, derramaste un poco de jugo.-avisó la mujer, caminando lejos de él.

El menor soltó todo el aire retenido en sus pulmones discretamente.

Cada vez que ella estaba cerca le costaba trabajo respirar, y no de una buena forma.

Apretó con fuerza el vaso, al sentir como la mano de la mujer se posaba sobre su omoplato mientras limpiaba las pequeñas gotas de color anaranjado.

Alexis desvió su mirada hacia el piso, sintiendo la respiración superficial de la mujer contra su hombro.

-Listo.-murmuró la mayor con una sonrisa, dejando una caricia en su hombro húmedo para alejarse de nuevo.

No pasó mucho tiempo cuando ella estuvo de nuevo a un lado suyo, mirándolo fijamente a los ojos.

-¿Nadabas?-El rubio asintió, llevando el vaso hacia sus labios, deseando que su madre bajara y se fueran.

Pero, solo logró que la atención de la mujer cayera en su boca, hasta que terminó de beberse todo el jugo.

Enterró sus uñas con pánico en el mármol al sentir como la mujer pasaba su pulgar por su barbilla mojada, limpiándola del dulce líquido, para terminar lamiendo el mismo dedo.