Charmolipi 📀 [LGBTQ+]

40 | maxine

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-¡Espera Dimitri!-gritó la castaña, cerrando velozmente su casillero y cargando las libretas en sus manos de forma torpe.-Mierda.

Comenzó a caminar rápidamente por el pasillo, para llegar rápidamente con el pelinegro que parecía no haberla escuchado, para su mala suerte se estrelló contra Laurie, quien cayó directo al suelo, tirando el tubo de medicinas y su botella de agua, ambos abiertos.

-Oh Dios, lo siento mucho Laurie, ¿te encuentras bien?-preguntó, mientras el rubio intentaba recoger las pastillas de forma rápida, totalmente sonrojado.

-No te preocupes Max.-susurró, sin poder mirarla a los ojos.

La castaña tiró sus cuadernos en el piso y se arrodilló en el suelo, intentando juntar la mayor cantidad de pastillas posible.

Al tomar el cilindro anaranjado y leer la etiqueta se sintió la peor persona en la faz de la tierra, aunque sólo se haya tropezado con él.

-Que tonta he sido, Dios, aún puedes tomarlas ¿cierto?-preguntó apenada.

Laurie suspiró, mirando las cápsulas de ISRS llenas de polvo y húmedas, algunas incluso habían comenzado a deshacerse.

-No creo...-susurró luciendo realmente avergonzado porque alguien supiera que tipo medicación necesitaba.-Pero no puedo dejarlas en el piso.-murmuró, metiéndolas todas en el cilindro.

-Puedo darte dinero para que compres otras.-Ofreció, luciendo preocupada.

-No te preocupes Max, en serio, fue un accidente.-susurró, levantándose del piso, pero aún mantenía la mirada sobre sus converse.

Además, ahora me siento mucho mejor y había pensado dejar de tomarlas.

-Insisto Laurie, Mira...-murmuró, buscando en el bolso pequeño de su mochila.

-Esta bien Max, le diré a la...psiquiatra que perdí la receta.-susurró totalmente rojo, moviendo de forma nerviosa el pie sobre el piso.

La castaña lo miró con el ceño fruncido.

-No tienes porque avergonzarte Laurie.-dijo seria.-Es algo normal y me parece increíble que cuides de tu salud mental.

-Hmmm, gracias, supongo...-susurró rascando su nuca incómodo.-Bueno, yo iba a buscar a Annie al auditorio, siempre se queda hasta muy tarde.-avisó, caminando lejos de Maxine.

-Ah, claro, nos vemos.-dijo sonriente, un par de segundos después se echó a correr hasta el estacionamiento, esperando que Dimitri continuara ahí.

Por primera vez en la vida agradeció lo lento que era su amigo al caminar o lo torpe que era para atarse los cordones, porque se lo encontró a mitad del estacionamiento, atando los cordones de sus botas militares.