Me había dolido. Mi felicidad se había ido al notar que había fingido que era la primera vez que nos veíamos en la vida. Mi mente me había traicionado, sí hace unos minutos pensaba en que no lo quería ver ahora mi cuerpo quería lanzarse hacia él y abrazarlo con toda la fuerza del mundo. Me había quedado nuevamente congelada que no había caído en cuenta que lo había dejado con la palabra en la boca. Mi sorpresa y algo más creció dentro de mí cuando formo esa estúpida sonrisa que en su tiempo me hacía tener el descontrol total de todo mi cuerpo, aunque no sabía si se burlaba de mí o es que era una sonrisa de satisfacción por suponer que aún me tenía en su completo poder. Volví a reaccionar cuando sentí un codazo por parte de mi padre.
No quería responder, me dolía decir:
-_____ ______, el gusto es mío.
-Fue un gusto conocerlos a todos, luego hablaremos sobre los temas relacionados sobre la empresa, si me disculpan iré a buscar a un buen amigo.- Dijo metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir.
Al parecer seguía en completo shock porque ni cuenta me había dado que venía vestido de una manera tan elegante que podría hacer que cualquier chica de la fiesta se le arrodillara sin pensarlo dos veces.
-Adelante.- Le dijo uno de los socios.- El gusto fue nuestro.- Se dijo por último y se dio media vuelta, pero luego regresó con nosotros.
-Y feliz cumpleaños señorita, disfrute su noche, dieciocho años no se cumplen todos los días.- Volvió a sonreír y sin más se dio vuelta y se marchó provocando miradas de la mayoría de las chicas que se encontraban ahí.
Malditas zorras.
-Nosotros los dejamos hablar cómodamente.- Hablo Tom y salimos al patio.
-Necesito ir al tocador.- Me excuse, necesitaba ir con Sadie.
-¿Que es lo que te sucede _____?- Preguntó ¿molesto? Tom.
-¿A que te refieres?- Me hice la tonta.
-No finjas que no te queda.
-¿De que mierda hablas Tom?- Empecé a molestarme, aunque no me quedaba hacerlo.
-Te vi, vi como lo veías, ¿acaso le conoces de algún lado?
-No, jamás lo había visto en mi vida.- Mentira número no se que en esta noche.
-Bueno, ¿entonces que? ¿te gusto tanto que te lo comías con la mirada?
-Tom Hiddleston pero que cosas estas diciendo ¿acaso estás celoso?
-Y todavía me lo preguntas, ¿no es algo obvio?- Le sonreí.
-Cariño, no está noche, no me hagas tu primer escándalo en mi fiesta de cumpleaños, jamás le había visto en mi vida y estoy contigo, no tienes de que preocuparte.
Ja estúpida, es lo que crees.
-De cualquier manera no te dejaré sola en toda la noche.
-No, no quiero un novio posesivo por favor, además no podrás estar todo el tiempo conmigo.- Dije mirando a unos hombres trajeados que se acercaban a nosotros.
-Tom.- Le saludo uno de ellos.
-Los dejo caballeros.- Dije y le mandé un besó a Tom.
Entre a toda prisa a la casa y busqué como loca a Sadie. Le pregunté a algunas personas pero no sabían donde se había metido. Con éxito una chica me dijo que había subido con Jack. Rápido subí busqué en mi habitación, pero no estaba ahí, busqué en las otras y tampoco hasta que llegué a la última, escuché sonido extraños, abrí la boca al oír un gemido por parte de Sadie. Me alejé dando pasos hacia atrás sin darme la vuelta, pero no pude dar uno más porque choqué con algo o más bien con alguien.
Me di rápidamente la vuelta y me volví a topar con sus profundos ojos y mi respiración empezó a irse nuevamente.
-Lo siento.- Fue lo único que pude decir.
-Buscaba a Jack, pero... ¿sabes donde está Demián? No lo he visto.
-Sí está en su habitación.- Dije queriendo huir de él.
-Oh bien.- Me miró esperando.
-¿Qué?
-No sé cuál es su habitación.
-Oh, acompáñame.- Le dije caminando adelante de él mientras me seguía. Llegamos a la puerta y toqué dos veces para luego abrir.- ¿Pecoso donde estás?
-Princesa _____.- Corrió a abrazarme.- Había olvidado lo linda que te ves.
-Me halaga mi rey, usted se ve realmente guapísimo.- Le dije me senté en su cama.- Alguien quiere verte.
-¿Quién?
-Hola pulga.
-Finn.- Grito y corrió para abrazarlo.- Regresaste.
-Te extrañé mucho, creciste demasiado y con esa vestimenta pareces todo un niño rico.
-También, tú.
-Bueno, los dejaré solos.
-No, _____ ¿podría hablar contigo?
Mierda.