Ya tenía aproximadamente diez minutos esperando y Finn no llegaba, después fueron veinte luego treinta y ya estaba decidía a irme. Subí a la moto y puse mi casco, alguien me tomo por sorpresa del brazo izquierdo, gire mi cabeza y ahí estaba Finn, ¿que? ¿cuándo había llegado? ¿de dónde salió?.
-Quítate ese casco niña engreída.- Dijo y le dio una calada a su cigarro.
-Que no me digas así.- Solté con cierto enojo.
-Vamos, baja de la moto, quítate ese casco y hablemos.
-No tenemos nada que hablar.
-Claro que tenemos que hablar, así que baja de la maldita moto y entra a popp's.- Su voz era más y amenazadora, su mirada me provocó algo de miedo así que baje de la motocicleta y me quite el casco.
-Me alegra que entiendas.- Dijo más calmado y en tono de burla. Rodé los ojos y caminé hacia el lugar para entrar. Al abrir la puerta sonó la típica campanita de entrada, me senté en un asiento de la barra y el ruloso repitió mi acción en la misma.
-¿Qué se les ofrece?.- Preguntó un señor mayor, no muy alto y de tez morena.
-Queremos la especialidad de la casa.- Contestó el ruloso.
-Como en los viejos tiempos.- ¿viejos tiempos?, ¿acaso se conocían?.- Ahora regreso con tu pedido.- Terminó por decir para desaparecer del lugar.
-¿Lo conoces?
-Si, de pequeño mis padres y yo veníamos a comer a este lugar.- Dijo y bajo la mirada, su tono de voz era dulce, como si recordar esos tiempos le trajeran un lindo sentimiento.- Es un buen lugar.- No contesté nada, lo miré por unos segundos y retiré mi mirada.- ¿Y? ¿no piensas decir nada?.- Ahora su tono de voz era diferente, ahora era más seco que antes.
-No tengo nada que decir.- Dije de la misma manera.
-Tienes mucho que decir.
-No, yo no debería estar aquí, no te conozco, no sé quién mierda eres.
-Bien, conozcámonos.- Lo miré y sonrió.
-No tengo el mínimo interés de conocerte.
-Yo si lo tengo.
-No te entiendo, ¿por qué?.
-Eres una chica muy interesante, quisiera saber más, así que háblame de ti.- Dijo mirando fijamente mis ojos.
-¿Qué quieres saber?.
-Todo.
-Bien, confío en que no eres un asesino, secuestrador o violador.
-No sería un violador, sería la persona que te daría placer.
-Eres un idiota.- Este soltó una carcajada.
-Bien cuéntame de ti.
-Bien, tengo dieciséis años, soy hija única, amo correr aunque tengo que hacerlo a espaldas de mis padres.
-¿No les agrada?.
-Se supone que soy una adolescente de bien y eso sería "vulgar" según mi madre.
-No le veo lo malo.
-Ni yo pero ellos no lo entienden. Bien, ahora yo quiero saber de ti.
-No hay nada que saber.
-Háblame de ti, no te conozco bien, lo único que se es que tienes veinticuatro años y vendes eso.
-Bien, es todo lo que tienes que saber de mí.
-No es justo.
-Déjalo así.
-No.
-No quería hablar contigo de eso, estamos aquí por otra cosa.
-¿Qué?.
-Tú sabes de mis negocios y eso no me agrada mucho que digamos.
-Bueno, tú sabes un secreto mío que podría arruinarme.
-Sí, pensando bien tú terminarías más arruinada que yo, digo eres de una muy buena reputación y que corras en carreras ilegales... Hm, no está nada bien para una chica como tú.
-También te podría arruinar tu secreto.
-No me afectaría tanto como a ti.
-Irías a la cárcel.
-Saldría en poco tiempo y seguiría con lo mío, en cambio tú terminarias más arruinada.
-Hagamos una promesa o trato, como lo quieras llamar.-Dije y el ruloso soltó nuevamente una carcajada.
-¿Que tienes? ¿cinco años?, Ah! sí, eres una nena.
-No lo soy.
-Si lo eres, pero dime, ¿cuál es tu trato?.
-Prometo no decir nada de tu secreto si tú no dices nada del mío.
-Me parece, pero así está muy aburrido.
-No te entiendo.
-Reglas.
-¿Reglas?
-Tendrás que hacer lo que yo diga.
-¿Qué? Claro que no.
-Bien, no hay trato.
-Está bien, está bien, acepto pero sólo por un tiempo.
-Trato hecho.
-Aquí está tu pedido.
-Gracias.-Dijo el ruloso y pagó.
-Que les vaya bien.
Salíamos del lugar y paramos a un lado de mi motocicleta.
-¿Te irás en tu moto?
-No, me iré volando.
-No seas ridícula, vamos sigueme.
-¿A dónde?
-Te llevaré a tu casa.
-No gracias, puedo irme sola.
-No te estoy preguntando, te estoy diciendo que vendrás conmigo.
-Tú no me puedes decir que hacer.
-Acabas de hacer un trato y te recuerdo que aceptaste hacer lo que yo te dijera, así que sube al auto ya.
-No puedo dejar mi motocicleta aquí.- Traté de excusarme para no ir con él.
-No te preocupes Jack vendrá y se la llevará.
-Jack no está aquí.
-Es lo que tú piensas, ahora sube al auto.
-No se si podré con esto.- Dije caminando rendida al auto del ruloso.
-Un trato es un trato.
-----------------------------------------------------
Cambié la edad de la protagonista, ahora ella tendrá dieciséis y Finn tendrá veinticuatro.
Espero y les esté gustando esta historia.
Voten y comenten.
Las amooooooooo❤