Y ahí me encontraba, tomando nota de cada palabra que decía el profesor de historia. Se podría decir que a pesar de ser una de las mejores estudiantes del colegio, tengo un oscuro secreto, no soy la niña buena que todos piensan.
Como pasé a ser la "Reina de las carreras ilegales", fácilmente me encanta andar en motocicleta, me gusta la velocidad pero según mis padres no se vería bien que la hija del hombre más millonario en Canadá, anduviera conduciendo una motocicleta.
Eso sería humillante y vergonzoso para la familia, la verdad no le encuentro lo malo, mucho menos lo vergonzoso o humillante, tal vez a la mayoría de las personas se les hace inadecuado que una adolescente de dieciséis años conduzca una motocicleta por las calles de Canadá, o por el resto de su vida, muchos lo ven como si andar en motocicleta fuera parte de una pandilla o algo así.
Yo lo veo como algo normal, pero como no puedo andar por las calles conduciendo libremente una motocicleta, por eso me uní a las carreras. Ya tengo un año haciendo esto y doy gracias de que nadie me ha descubierto, los únicos que saben que yo soy la misteriosa reina son mi mejor amiga Sadie y mi primo Jaeden.
Él también es amante de la velocidad y hacía carreras, pero lamentablemente la que se hacia llamar novia lo traicionó diciéndole a todo el mundo que el era quien conducía, su reputación se arruinó y la de su madre también, ya que ella es una empresaria muy conocida.
Tal vez no afecte tanto a mi padre el que ande en una motocicleta, sino el que corra en carreras ilegales, eso daría mucho de que hablar. Un sonido peculiar me sacó de mis pensamientos, era el timbre de salida.
-Bien, entonces ¿Qué haremos?.
-¿De que?.
-¿Que haremos con Finn Wolfhard?.
-Ahh, no lo se, tal vez sea mejor que dejé de correr.
-No _____, es lo que más te gusta hacer.
-Lo se, pero tal vez si hablé con mi padre pueda...
-No, ya hablaste más de siete veces con el que te deje andar en moto, y te recuerdo que siempre su decisión final es un rotundo NO.
-Mi padre siempre me ha dado lo que yo quiero, el me deja ser libre salir a fiestas y todo eso, si no fuera por mi madre te aseguró que el me dejaría andar en una motocicleta. Pero ella siempre me ha querido manejar a su antojo.
-Más bien dicho te maneja a su antojo, siempre hacía que te vistieras como una niña rica engreida.- En cierta forma me da risa como Sadie dice todo son importar si ofende o no a la persona. Total sabe que tiene la razón y es lo que más amo de ella, que no tiene pelos en la lengua para decir las cosas como realmente son.
-Sabes que no importa que yo sea una niña "rica", en el fondo sere una engreida sólo con aquellas personas que se metan con mi mejor amiga.
-Eres la mejor.- Dijo y me abrazó.
-Lo se, pero ahora tenemos un Finn Wolfhard que resolver.