¿Me estás amenazando?

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-Mierda estuvimos tan cerca de saber quien era.- Dijo el ruloso molesto.

-Lo se, por lo visto esa chica si que es ruda.- Dijo Jack y soltó una carcajada- Estuvo bueno el golpe hermano.

-Ya ni me lo recuerdes, esto me está volviendo loco, necesito saber quien es ella.

-No me digas que estás enamorado.

-Cómo podría estar enamorado de alguien que no conozco, es estúpido Jack.

-Entonces ¿Para que quieres saber quien es esa chica?

-Me tiene loco el no saber quien es, es todo, y por la manera en que me trato se ve que no se deja.

-Pronto, no pierdas las esperanzas y se que sueno marica diciendo eso.

-Muy, pero pronto sabremos quien es, ahora estoy aburrido y quiero salir.

-Tengo una fiesta en casa de Harry, ¿Vamos?.

-No me perdería una fiesta.

La tarde la pasamos entre bromas por parte de Jack, jugamos un rato en la consola y una hora antes nos arreglamos para la fiesta. Eran las nueve y ya íbamos en camino.

Cuando llegamos un olor a cigarro me inundó, entramos a la casa y la música estaba tan alta que podría reventar mis oídos en ese preciso momento. Habían personas bailando, otras tomando o fumando, y otras simplemente a punto de follar.

-Bien, ¿Quieres algo de beber?.

-Si, vamos.- Le dije a mi amigo.

Nos acercamos a la barra y ahí pedimos unas bebidas, a unos cuantos centímetros de mí se encontraban dos chicas hablando muy animadamente.

Una de ellas estaba de espaldas por lo cual no veía su rostro, pero la otra se me hacía demasiado conocida. Di un paso atrás y mis sospechas se confirmaron ahí estaba la pelirroja, Sadie Sink, cuando esta me miró abrió los ojos como platos y separó un poco los labios.

La otra chica a percató de eso y giró para observar la razón por la cual su amiga pelirroja había quedado totalmente ¿Asombrada?, ¿Asustada?, ¿Nerviosa? No podía descifrar la reacción de esta.

-Hey pelirroja, no pensé en encontrarte aquí.- Dije sonriente.

-Ni yo me imaginé que te encontraría aquí Wolfhard.- Dijo y miré a la otra chica que sólo desvió la mirada.

-¿Y? ¿No me vas a presentar a tu linda amiga?.

-Si, mmm.... Ella es.

-_____ _____.- Dijo la chica observandolo.

-Un gusto _____.

-¿Y tú eres?.

-Finn, Finn Wolfhard.

_____.

Sabía perfectamente quien era, mis piernas temblaban, pero disimuladamente, no era como si el ruloso se diera cuenta, tendría que disimular que no lo conocía ya que para él y su amigo podría ser la principal sospechosa de ser la reina de las carreras.

Mis nervios estaban de punta, tenía miedo de hacer o decir algo mal que pudiera dejar decir que yo soy a quien él buscaba tanto. Estaba pidiéndole a todos los santos que se fuera rápido, hasta sería capaz de invocar al mismo diablo para que se largara en este momento.

-Es un gusto.

-Te conozco, tu nombre me es familiar.- Dijo aquél tratando de recordar. Miré a Sadie con algo de miedo.- Si, eres la hija del hombre más respetado de aquí.- Suspire aliviada al escuchar que era eso.

-Si, bueno no es para tanto.

-¿De que hablas mujer?, tu padre es uno de los hombres más ricos, lo que te hace una de las adolescentes más millonarias y respetadas. Me sorprende demasiado verte en un lugar como este y más con la pelirroja.- Dijo mirando a esta como si yo no supiera que ella es una de las que anuncia las carreras ilegales.

-Si te refieres a que estoy en un lugar al cual una "adolescente millonaria" no vendría jamás, estas equivocado, y que la pelirroja sea de recursos bajos  si es a lo que té refieres, no significa que no pueda juntarme con ella.

-Que pensaría un empresario muy importante que su hija se junta con una persona como Sadie y que se mete en lugares dónde no debería estar,  porque no vas mejor a una fiesta de riquillos a las cuales suelen asistir los de su especie.

-¿Disculpa? Yo no tengo porque obedecer las órdenes del "empresario" me vale un coño lo que diga mi padre, que no sea de tu especie cómo me llamas no significa que no pueda estar aquí y no me mandas, yo puedo estar en donde yo quiera, hasta podría estar en las carreras ilegales en las que corres. Podría ir a verte y darle porras señor "Rey".- Dije y me giré para salir de ahí pero este me tomó del brazo haciéndome girar para verlo directamente a los ojos.

-¿Tú que sabes de eso?.- Me miró con cierto enojo.

-Lo suficiente para hacer que te encierren en la cárcel por asistir en algo ilegal y por vender droga.- Dije soltandome bruscamente de él.- Te lo advierto Wolfhard, no te metas conmigo porque te puedes arrepentir de haberlo hecho.

-¿Me estás amenazando?.-Dijo levantando las cejas.

-Tomalo cómo quieras, pero alejate de mí.

-No podrías culparme de algo que no puedes probar.

-Ohh créeme que lo puedo probar, recuerdas a aquél hombre de piel morena, ojos oscuros, aquél callejón oscuro.- Dije y este se puso más pálido de lo que está.- Te lo advierto, se cosas que podrían arruinar tu vida, así que deja de buscar a la reina de las carreras.

-¿Acaso eres tú? O ¿Por qué te importa que la busque?.

-Digamos que la conozco, así que si no quieres problemas dibujate una rayita y manten alejado tu trasero.

-No haré lo que tú digas y menos dejaré que una niñita incrédula como tú me quiera intimidar, ¿Cuántos años tienes dieciséis? Soy mayor que  tú por ocho años, no sabes de lo que soy capaz de hacer, así que si tú quieres seguir viva te callas.

-¿Me estás amenazando? Si es así te digo desde ahorita que no te tengo miedo.

-Tomalo como quieras.- Dijo y se dio la vuelta para perderse por toda la multitud de personas en la pista.

-Acabas de amenazar a Wolfhard, sólo te digo que ya cabaste tu propia tumba.- Dijo la pelirroja.

-O será que él cabo su propia tumba.





Amor Ilegal |F.W.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora