El lugar se encontraba más lleno que otras veces, supongo que es porque hay nuevos corredores, bajé de la motocicleta y entré al del bar con Sadie, me quité el casco y respiré profundamente.
-Faltan tres minutos, tengo que ir para anunciar la carrera.
-Bien, vamos.
Volví a colocar mi casco y salí del bar con Sadie, me subí a la motocicleta y miré a todos lados, no veía a Finn y eso me mataba, pero aún tenía la maldita esperanza de encontrarlo ahí. Sadie anunció la carrera y tomé mi lugar y esperé.
-¿Listos?, tres, dos, uno, ahora.
[...]
-Ahora entiendo porque esa chica tiene tan estúpido a Finn.
-Es rápida.
-Es obvio que ella ganará, por algo le dicen la reina de las carreras ilegales.
-Jamás ha perdido una carrera.
-Lastima que Finn no está aquí para protegerla.-
Dijo sonriendo mientras vería como todos celebraba la victoria, la reina había ganado una vez más.
-Vamos.
[...]
-¿Lo viste?.
-No, no llegó.
-Mierda.
-Vamos, es hora de irnos.
-Si, solo iré al baño.
-Bien, le hablaré a Jack para que se lleve tu motocicleta, no tardes.
-Si, gracias.
Entre nuevamente el bar y fui directamente a los baños, estaban completamente asquerosos, pero era eso o mojar mis jeans. Bajé estos y hice lo mío. Un gran golpe me sacó de mi acción y rápido me acomodé, bajé la cadena del sanitario y salí.
No tuve tiempo ni de gritar, un chico de piel morena ya me tenía acorralada con su mano en mi boca para evitar que gritara.
-Shh, tranquila.
Le di una patada en su parte y corrí a la entrada del baño pero otro me golpeó en la cabeza dejándome completamente inconsciente. Lo único que vi era de piel pálida con rizos, pero no eran como los de Finn.
Finn.
-Está despertando.
-Sal de aquí.
Sólo escuchaba esas voces, abrí los ojos de golpe, fue inútil, tenía estos tapados.
-¿Dónde estoy?, ¿quién eres?, déjame ir, mierda.
-No llores preciosa.- Dijo y desató la venda para que lo pudiera ver.
Era un chico alto, medio rubio y una piel más blanca que la nieve, tenía rulos, era ese chico, el que me dio el golpe para dejarme inconsciente, le calculo que tiene la misma edad que Finn.
-¿Quién mierda eres?.
-Mi nombre es Wyatt.
-¿Qué es lo que quieres?, ¿qué hago aquí?.
-Ahora quiero todo de ti.- Dijo rozando mis labios con su dedo.
-¿Qué?.
-Ahora me perteneces, eres mía.
-No, estás demente.- Grité y lo escupí.
-No debiste haber hecho eso.
El miedo terminó apoderándose completamente de mí, tomó mi blusa de tirantes y la rompió de un tirón, empezó a besar mi cuello bruscamente.
-Déjame.- Le grité.- Eres un asqueroso imbécil de mierda.
Recibí un gran golpe en mi rostro, sentí como mi labio empezó a sangrar, esto era una mierda. Me desató y lo empujé, traté de salir pero este fue más rápido y me tomó de la cintura, me cargó y me acorraló en la pared, juntó nuestros cuerpos para que no pudiera escapar y entre abrió mis piernas para meter una suya y impedirme la movilidad de las mías.
Estaba claro lo que intentaría hacer, me iba a violar, puse resistencia pero era imposible, era diez veces más fuerte que yo, no podría contra él, dejo marcas horribles en mi cuello y pechos, me giró dejándome de boca contra la pared y metió una mano en mis jeans.
-No, déjame idiota.
-Cállate estúpida, ¿qué harás? Finn no está aquí para protegerte.
-No, por favor.- Dije llorando.
Fue totalmente inútil, metió sus dedos en mí bruscamente, eso dolía, era horrible, gritaba desesperadamente, quería morirme, quería que esto fuera una maldita pesadilla, que todo esto fuera un mal sueño, pero no, era la maldita realidad, era una verdadera mierda.
-Hazlo imbécil, hazlo de una vez, de todas formas te vas a joder, tú y todos los que planearon esto se van a joder. Eres una maldita mierda, un maldito cobarde hijo de puta.
-Niña estúpida.- Dijo y me tiró.
-Lo haré, abusaré de ti, de una estúpida niña de diecisiete años y sabes qué, lo voy a disfrutar, voy a disfrutar mientras tú te vas a joder.- Habló y se quitó el cinturón.
Me levanté y corrí nuevamente a la puerta pero esta estaba cerrada.
-Eres tan ingenua.- Dijo y me golpeó con el cinturón, una, dos, tres.- Grita, nadie te escuchará.- Cuatro, cinco, seis y seguía golpeándolo con el maldito cinturón.
-Eres una mierda.- Solté como pude, el dolor era horrible que ni hablar podía.
Ahí me rendí, no pude más, este dejo de golpearme, mi vista se clavó en su rostro, estaba borrosa, sentía que volvería a desmayarme, me sentía mareada, él empezó a desabrochar su pantalón y a bajarlo un poco, reaccioné y me levanté pero este me tomó del pie y volví a caer.
Bajó mis jeans de un jalón y introdujo su miembro en mi parte trasera y empezó a moverse bruscamente, duro poco tiempo, me giró y separó mis piernas, introdujo un poco su miembro en mi parte íntima, la puerta se abrió de un golpe provocado que este saliera de mí.
Era él, Finn, mi Finn.
-Hijo de puta.
Veía en su rostro el enojo, el odio y las ganas de matar a Wyatt, no dudo ni un segundo más y empezó a golpearlo como si no hubiera fin.
Traté de levantarme, los policías empezaron a entrar y uno de ellos me ayudó, separaron a Finn de Wyatt y lo esposaron.
-Finn.- Dije, este me miró y otro policía lo tomó de las muñecas y lo esposó.
Espera ¿qué?, ¿qué sucede?, ¿por qué lo están arrestando?.
-Hey, suéltelo, Finn, no..- Quise correr hacia él, pero el policía me tomó del brazo.
-Calma señorita.
-Díagale que lo suelte.
-Mi compañero solo está haciendo su trabajo.
-Él no es un...
-¿Delincuente?, el señor Wolfhard confesó vender drogas y estar implicado en un asesinato.
-No, que hiciste Finn.
-Lo siento, de verdad lo siento.
-Lléveselos de aquí oficial.
-No, Finn.
-Perdóname ____.
-Déjelo por favor, Finn.