Finn Wolfhard, te amo tanto por provocar todas esas emociones en mí, te amo por hacerme sentir que estoy en el mejor momento de mi arruinada vida, te amo por ser la persona indicada para mí, pero te odio, te odio por desearte en este preciso instante, te odio por provocarme con una simple mirada, te odio por mirarme descaradamente y con ganas de follarme en ese escritorio, te odio por hacer que mis malditas bragas se encuentren completamente mojadas, te odio muchísimo por hacer todo eso frente a mi padre.
Así es, el maldito pecoso sabía como alborotar mis hormonas, con una simple mirada descarada, ya me tenía completamente mojada y rendida a sus pies.
-Todos estos papeles se encuentran en perfecto orden, me impresionas muchísimo Finn, me dejas sin palabras, sabía que no me ibas a decepcionar.
-Estudiar me sirvió de algo.
-Pues agradezco que tu padre te obligara, me ayudas demasiado en esta empresa.
Confusión, era lo que decía mi rostro. No sabía que Finn había estudiado una carrera, menos que su padre lo haya obligado.
-Créame que en estos momentos también se lo estoy agradeciendo.
-Gracias, Finn, puedes irte, ya no tengo más pendientes por el día de hoy, y no creo que para los próximos días, todo está en buen estado.- Dijo mi padre y al instante me miró.- ¿Que tal unas vacaciones hija?
Sonreí.
-Creo que vendrían genial.
-Ustedes dos se las merecen, trabajan mucho y muy duro.- Lo miré y después a Finn, quién tenía una gran sonrisa burlona, no entendía el por qué hasta que repetí en mi mente lo que mi padre había dicho.
Es un maldito pervertido.
-Claro padre, Finn trabaja muy bien y lo hace duro.
-Y su hija hace unos excelentes trabajos, es muy dedicada, aunque un poco ruidosa.
¿Cómo?- La confusión se mostró en su rostro y el calor subió a mis mejillas.
-Pone la música a un alto volumen, me refiero a eso.
-____, deberías concentrarte más cuando estés trabajando.- Miré a Finn quién tenía una gran sonrisa de victoria.
Dios mío, dame paciencia porque si me das fuerza lo mato.
-Eh... sí, supongo.- Dije poniéndome nerviosa al instante.
-Bien, los dejo, tengo una cita de negocios con Robert.
-Suerte papá.
-Gracias hija, nos vemos Finn.
-Hasta luego señor.- Dijo y vimos como mi padre desapareció por la puerta de la oficina de Finn.
Me lancé encima de Finn.
-Su hija hace unos excelentes trabajos, es ruidosa.- Dije limitado al ruloso.-¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre decirle eso a mi padre?
-Alto, primeramente, yo no hablo así señorita, segundo, tu padre ni siquiera se imaginó lo que quise decir.
-Lo sé, pe...- Me interrumpió.
-Shh, tercero, quiero revisar algo.
Su mano bajó de mi cintura a mi muslo, metiéndose en mi falta y en mis bragas, gemi al sentir su tacto en mi zona.
-Estás completamente mojada, que podría hacértelo aquí mismo, sobre este escritorio.
-Y ¿qué esperas?.- Lo rete.
-No comiences algo que no podrás terminar, gatita.- Su voz empezaba a tornarse ronca.
-Fuiste tú el que empezó con esto, desde el momento en que empezaste a comerme con la mirada, ahora estás tocándome y sabes que no podrás resistirte a eso, me deseas, me quieres Wolfhard, me quieres encima de tu escritorio, totalmente expuesta a ti.- Le di un apretón a su miembro ya erecto.